sábado, 25 de julio de 2015

“De los corazones, Huajuapan te llama…” Procesión 2015



Hugo Pacheco

El llanto surcando el rostro de los fieles, los cánticos sumándose por decenas, cientos, miles de voces evocando aquella estrofa perpetua: “De los corazones, Huajuapan te llama, Huajuapan te aclama… con toda su fe”. 


La fe materializada en kilómetros de tapetes multicolores, mostrando su belleza bajo el sol implacable de la Mixteca. Los devotos buscando con la mirada, entre tumultos interminables de gente, la imagen del Cristo Moreno, hallando en su rostro un consuelo del alma que paga con creces el calor y cansancio asfixiantes.  

Euforia y esperanza explotando en el ambiente. El Señor de los Corazones cargado en hombros, mostrándose ante los mixtecos con su aroma de sabino, sus costillas de marfil y esas llagas imborrables en su cuerpo tocando el corazón de este ejército de fe en que se ha convertido la procesión. 

La historia detrás de la fe

Esta devoción se remonta a un día histórico, cuando en 1812 el general José María Morelos y Pavón le dedicó a esta imagen la súplica más relevante en la historia de Huajuapan: la de darle victoria a un ejército insurgente que era superado tres veces en número por los realistas. 

La situación era desesperante, la comida escaseaba, las municiones no eran suficientes para derrotar al temible ejército español, pero la súplica de Morelos se vio recompensada el 23 de julio de aquel año, cuando al lado del coronel Valerio Trujano y los rebeldes de la región, un grito de victoria por fin desgarró el cielo mixteco. 

Fueron 111 días de lucha, la ruptura del sitio más larga y sufrida de la época independentista. Los pobladores resistieron los embates del enemigo durante más de tres meses con poco alimento pero con la esperanza de ser libres. 

Por ello, es el día 24 de julio cuando Huajuapan vuelve a emanar festejo. Desde antes que despunte el alba, los huajuapeños comienzan a tapizar las calles principales con aserrín multicolor, formando bellas figuras en honor al Cristo Moreno, convirtiendo así la ciudad  en una hermosa acuarela refulgente de folclor y fe.   

En esta celebración, el cielo se impregna del susurro de los cánticos y rezos que miles de fieles le ofrecen a esta imagen divina, símbolo del sacrificio que dio como fruto la libertad de los antiguos pobladores. 

De los corazones…  Huajuapan te llama, Huajuapan te aclama… con toda su fe”, entonan miles de almas reunidas para contemplar la cabellera natural del santo patrono. 

Los peregrinos, con la voz ya descompuesta, siguen cantando mientras el sol de mediodía se ve menguado por las nubes que irrumpen en la imagen. El perfume del aserrín arropando el fervor de un pueblo enaltecido por esta fastuosa e inmortal tradición, cuyo fervor permanecerá en las mentes y corazones de los fieles por siempre.

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