Salvador López Santiago
Desde el año 1966, el 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Alfabetización, el cual fue instituido por la UNESCO para alcanzar dos grandes objetivos, por un lado, concientizar a la población sobre lo importante que es la educación para el desarrollo de las naciones, y por el otro lado, hacer énfasis en la necesidad de que sociedad y gobierno, redoblen esfuerzos para erradicar el analfabetismo en el mundo.
Para ello, este año se eligió como lema central: “Leer el pasado, escribir el futuro”, frase que nos invita a la reflexión y al análisis sobre la participación, esfuerzos, avances y compromisos asumidos que se han dado en el concierto de las naciones para incrementar las tasas de alfabetización, aspecto sustancial para toda sociedad moderna.
En este orden de ideas, estimo oportuno precisar que la quincuagésima edición del día, adquiere gran relevancia debido a que representa el primer año de ejecución de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, instrumento que contempla a la alfabetización desde una perspectiva que se ajusta a la creación de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, dirigida especialmente a jóvenes y adultos.
Para ponderar la trascendencia de la fecha, cabe mencionar que en términos del segundo párrafo del artículo 2 de la Ley General de Educación, la educación consiste en el medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es un proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad; y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar a mujeres y a hombres, de manera que tengan sentido de solidaridad social.
Bajo esta tesitura, es claro que la educación resulta crucial para el desarrollo individual y colectivo. En este orden de ideas, vale la pena señalar que aunque el artículo 3º de la Constitución Federal, se establece que en nuestro país toda persona tiene derecho a recibir educación y que la educación básica (preescolar, primaria y secundaria) y media superior serán obligatorias, la realidad nos indica que en diversas regiones del país, sólo es un anhelo que se encuentra plasmado en la Ley.
Son incuestionables los retos que prevalecen, prueba de ello, es que acuerdo con cifras del INEGI, aunque en los últimos 45 años el porcentaje de personas analfabetas en México, pasó de 25.8 en 1970 a 5.5%, todavía 4 de cada 100 hombres y 6 de cada 100 mujeres no saben leer ni escribir. Por otro lado, la ONU refiere que si bien es cierto que a nivel mundial la matrícula en la educación primaria en los países en desarrollo ha alcanzado el 91%, también lo es que 57 millones de niños siguen sin estar escolarizados.
A partir de estas consideraciones, estoy convencido de que el Día Internacional de la Alfabetización, es el espacio idóneo para reivindicar el valor de la educación, elemento imprescindible para hacer posible la construcción de más y mejores oportunidades de desarrollo para todos, así como de escenarios de mayor bienestar, justicia, equidad e igualdad, es ahí donde radica la importancia de afrontar, y gradualmente, superar los retos que impone el contexto en el que nos encontramos inmersos.
Twitter: @sls1103
La Alfabetización como política de justicia social en México
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