miércoles, 21 de septiembre de 2016

“Reflexiones alrededor del Día Mundial sin Auto”

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Salvador López Santiago


El 22 de septiembre se conmemora una edición más del Día Mundial sin Auto, fecha en la que, por un lado, se hace énfasis en las repercusiones que derivan del uso desmedido e irracional de los automóviles, y por el otro lado, se hace el llamado a utilizar el transporte público como medio alternativo para llevar a cabo nuestros traslados. En mi opinión, ambas finalidades son positivas y deben ser asumidas por todos para que paulatinamente forjemos una cultura vial a la altura del contexto global del cual formamos parte.


Otro aspecto relevante de este día, que dicho sea de paso, me parece muy oportuno (sobre todo si tenemos en cuenta los altos niveles de contaminación que se registran en diversas zonas y regiones del país, especialmente en las grandes urbes, basta referir el caso de la Ciudad de México), es que se busca fortalecer el cuidado del medio ambiente. Lo anterior, adquiere mayor relevancia al considerar que en nuestro país, se estima que circulan más de 38 millones de automóviles y que cada año fallecen alrededor de 24 mil personas a causa de accidentes de tránsito -55 diariamente-, algo ante lo cual no podemos ser indiferentes.


En relación al deterioro del medio ambiente, el ejemplo más claro de ello es lo que acontece en la Zona Metropolitana del Valle de México, área geográfica donde recordarán, hace unos meses se implementó el denominado “Doble No Circula”, medida que tuvo como fin estabilizar los altos índices de contaminación -principalmente en la capital del país, los cuales llegaron a registrarse concentraciones superiores a los 194 puntos de ozono.


Pero particularmente, estimo que la base de la celebración radica en incentivar entre la población, prácticas que contribuyan al respeto de ciclistas y peatones. Sobre este rubro, creo pertinente hacer un par de precisiones, que ni todos los automovilistas son imprudentes o irrespetuosos de los reglamentos de tránsito, como tampoco todos los ciclistas y peatones se conducen con atención y cuidado, digo esto porque la alternativa más cómoda es señalar a los primeros y victimizar a los segundos, sin que se así en todos los casos.


En este tenor, hago propicia la fecha para invitarlos a que reflexionemos sobre la responsabilidad que todos tenemos en el cumplimiento de los objetivos bajo los cuales se rige el Día Mundial sin Auto: el empoderamiento de ciclistas y peatones, lo que insisto, es bueno, siempre y cuando no se desvirtué el espíritu y lejos de brindarles certeza, los dotemos de impunidad para que utilicen las vialidades sin respeto hacia los demás. En este orden de ideas, estoy convencido de que el camino hacia una cultura vial que beneficie a toda la ciudadanía, sin lugar a dudas, requiere de la participación de todos: autoridades, automovilistas, ciclistas y peatones.


En el desarrollo de mis actividades cotidianas, he estado en los tres escenarios: peatón, ciclista y automovilista, y debo decir que en todos los casos, siempre somos susceptibles a padecer algún menoscabo en nuestra salud, integridad y patrimonio por negligencias o desatenciones de otras personas, hago mención de esta situación porque ello deja de manifiesto la necesidad de adoptar buenos hábitos mientras circulamos por las vialidades, por mencionar algunas están el no utilizar teléfonos celulares mientras caminamos, vamos en bicicleta o conducimos; hacer caso de los señalamientos y respetar a las demás personas.


Twitter: @sls1103


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