Jairo Garzón Montaño
Opinión
La era digital en la televisión marcará el fin de la TV análoga en nuestro país. En este sentido, el Gobierno Federal tiene hasta el 31 de diciembre, para concluir uno de los proyectos más ambiciosos en materia de telecomunicaciones, es decir, antes de que termine el año, la población debe contar con televisiones de señal digital o tener un convertidor, de no ser así, no podrá ver la señal de televisión abierta.
Este proceso ya sucedió en siete entidades de la república, entre ellas, Baja California, Tamaulipas y Nuevo León, lo cual permitió recuperar parte importante del espectro radiofónico para su reasignación y sin duda, representa un área de oportunidad para formular nuevas frecuencias, llegar a más públicos y mejorar sustantivamente los contenidos al permitir que en donde anteriormente se veía sólo un canal, ahora se podrá transmitir más canales de la misma emisora, con diferente programación.
Con esta transición que costará más de 19 mil millones de pesos, los mexicanos podrán ver más canales en televisión abierta, con una mejor definición, mayor calidad en el sonido e imagen. Sin embargo, está generando problemas debido a que sólo el 25.8% de los hogares del país cuenta con un televisor digital y en los estados en el que ha entrado en vigor, ha generado impactos negativos al medio ambiente por la falta de programas de protección al medio ambiente, tratamiento y destino final de los televisores analógicos desechados.
Ante ello, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha entregado más de 6 millones de televisores digitales, prioritariamente en hogares de escasos recursos y se espera que al término, esta cifra ascienda a más de 9.4 millones de equipos, asimismo, ha liberado la banda ancha de 700 Megahertz, para transmitir señales en red compartida.
El pasado fin de semana, a consecuencia del apagón analógico, en Monterey y su zona metropolitana, 10% de los hogares -472 mil 635 personas- no tuvieron la posibilidad de recibir señal digital, lo cual deja de manifiesto que la disponibilidad y el uso de las tecnologías de la información aún se encuentran lejos de garantizase, lo cual deja un gran aprendizaje para que el próximo 29 de octubre no suceda lo mismo en Cuernavaca, Torreón, Coahuila y Durango.
Frente a estos sucesos, estoy convencido de que es necesario transparentar los recursos del Programa de Transición a la Televisión Terrestre; no utilizarlo con fines políticos- electorales y fortalecer los programas de manejo de residuos, ya que los centros de acopio sólo han recibido 2 mil equipos de las 378 mil toneladas contempladas. En esta tesitura, apremia prevenir la contaminación por metales pesados, específicamente por la liberación de óxido de plomo contenido en los tubos de rayos catódicos utilizados en las viejas televisiones, asimismo, urge implementar programas permanentes de atención a los problemas del servicio a usuarios finales.
Que quede claro, es tarea del Instituto Federal de Telecomunicaciones, identificar, sancionar y prevenir concentraciones en el espectro, propiedad cruzada y acaparamiento de oferentes. Espero que estos cambios impulsen el derecho a la información, que es una de las prioridades de la Reforma en Telecomunicaciones y Radiodifusión; y permita contenidos más críticos y mejores productos televisivos para la población. Es el momento de democratizar el desarrollo y hacer de las telecomunicaciones una palanca del desarrollo, es la hora de que tengamos acceso a medios informativos más críticos, accesibles y cercanos a la gente.
Twitter:@jairogarzonm
México y su Apagón Analógico
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