miércoles, 2 de marzo de 2016

El quehacer legislativo, una tarea de todos

Salvador López Santiago


La competencia política en nuestro país, ha tenido grandes transformaciones en las últimas décadas, lo cual ha derivado en un profundo cambio de paradigma en la organización del sistema político mexicano, situación que entre otras cuestiones, dio pauta a la creación del IFE (actual INE), y éste a su vez, a procesos electorales con mayor objetividad, legalidad, rigurosidad y transparencia.


Bajo esta tesitura, basta mencionar que gradualmente los partidos políticos de oposición comenzaron a ocupar cargos de representación popular, primero en los municipios, después en los congresos locales y en el congreso de la unión, y a partir de 1989 en los gobiernos de los estados, e incluso, ha permitido en dos transiciones pacíficas, la del año 2000 que representó la entrada del PAN (instituto que se mantuvo 12 años en la presidencia de la república), y la del año 2012, que significó el regreso del PRI a la titularidad del ejecutivo federal.


Por lo que respecta al poder legislativo, la presencia de diversas ideologías en el seno del congreso de la unión (cámara de diputados y senado de la república), ha dado pauta al desarrollo de arduas discusiones y debates, condición propia e inherente del ámbito legislativo, lo cual se traduce en estabilidad democrática, entre otras cuestiones, porque a diferencia de lo que ocurría en décadas pasadas, ahora los titulares del ejecutivo y legislativo tienen una mayor relación interinstitucional y cada vez más, con mayores condiciones de igualdad.


Lo anterior, obedece a que en mayor o menor medida, los partidos políticos han sentado las bases para fortalecer la competencia política, lo cual ha permitido transitar de un régimen hegemónico a uno pluripartidista. Sobre el particular, la Dra. María Amparo señala que: “la distribución del poder político a partir de 1979 muestra el creciente pluralismo en la representación política del país”.


En este sentido, estoy convencido de que es fundamental garantizar que haya mecanismos eficaces, eficientes y efectivos en materia de pesos y contrapesos, en virtud de que éstos son determinantes para inhibir arbitrariedades, abusos o violaciones a derechos humanos, lo cual a su vez se traduce en confianza, certeza y legitimidad para la población.


Como ciudadano interesado en el acontecer cotidiano del congreso de la unión, hago el llamado a que, por un lado, los integrantes de ambas cámaras, se conduzcan con profesionalismo, responsabilidad, objetividad y transparencia; y por el otro lado, la población mexicana, se mantenga pendiente de los temas que se discuten en el seno del congreso de la unión. Que nuestras críticas estén fundadas en argumentos y no en percepciones.


Twitter: @sls1103



El quehacer legislativo, una tarea de todos

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