viernes, 18 de diciembre de 2015

Nuestro Patrimonio Natural y el Tráfico de Especies

Jairo Garzón Montaño


Opinión


México es considerado como un país megadiverso, es decir, posee un enorme patrimonio natural; por tal situación, desde el sector público, privado y social, debemos garantizar, de acuerdo con nuestras posibilidades, condiciones apropiadas de vida a todas las especies para contribuir con su óptimo desarrollo, proliferación y permanencia en la tierra.


Como muestra de esta riqueza natural, basta mencionar que de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, contamos con más de 170 mil kilómetros cuadrados de áreas naturales protegidas, 34 reservas de biosferas, 64 parques nacionales, 26 áreas para proteger la flora y la fauna, 4 áreas para la protección natural y 17 santuarios con una rica diversidad de especies.


La zona marítima mexicana, está conformada por 11 mil kilómetros de litoral, de los cuales 68% corresponde a las costas e islas del Océano Pacífico y del Golfo de California; y 32% a las costas, islas y cayos del Golfo de México y del Mar Caribe. Aunado a lo anterior, nuestras características geográficas, climáticas y de mares, han permitido el desarrollo de fauna única en la región, como ballenas, tortugas y diversas especies de aves.


Ante este panorama, resulta indeseable que exista el tráfico y la venta de especies, o peor aún, actos de comercialización ilegal. Desafortunadamente, de acuerdo con información oficial, al menos 1 de cada 5 cargamentos de exportación de flora o fauna inspeccionadas por la aduana de México no cumple con la norma, de ahí que desde 1995 a la fecha se han decomisado más de 150 mil ejemplares, lo cual pone en peligro su existencia.


Por su parte, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, tiene identificado que sólo el tráfico de aves creció alarmantemente este año, lo cual dejó ganancias por más de 10 mil millones de dólares al año a nivel mundial. Por si esto fuera suficiente, diversos estudios de la Universidad de Chapingo, revelaron que en el mercado estadounidense la venta de loros y pericos mexicanos procedentes de estados como Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco, dejan ganancias por más de 40 millones de dólares anualmente.


Sobre el particular, se tiene identificado que las principales especies traficadas de manera irregular, son los monos araña, nutrias, loros, guacamayas, armadillos, mapaches, tortugas, iguanas, tarántulas, serpientes y aves de presa, además de flora en peligro de extinción como cactus, helechos, palmas y orquídeas. Como se observa, el diagnóstico es alarmante, por ello, estoy convencido de que debemos poner énfasis en el cuidado adecuado, nutrición sana, prevención de enfermedades y en su manejo responsable.


Es de vital importancia que a la brevedad se instrumenten las acciones pertinentes y se destinen los recursos materiales, humanos y financieros necesarios que garanticen las condiciones idóneas para el cuidado y reproducción de especies. Estas medidas deben acompañarse del fotalecimiento a los operativos, inspecciones y retenes; además de políticas de mayor coordinación interinstitucional que propicie una política integral para la protección de mares y costas, es decir, acrecentar las medidas contra el tráfico de especies en el país.


El tráfico de especies y los daños ecológicos, representan faltas graves a nuestro marco jurídico, por tal situación quienes cometan estos ilícitos deben ser detenidos y sancionados de manera ejemplar por las autoridades correspondientes a fin de disuadirse y prevenirse para el beneficio de todos los habitantes del mundo. El estado de Oaxaca cuenta con una enorme riqueza natural que necesita de nuestra participación para preservarla y que nuestras próximas generaciones tenga la fortuna de conocerla.


Los invito a que juntos cuidemos nuestro patrimonio natural y sigamos haciendo de nuestro estado, la puerta al paraíso Mexicano.


Twitter:@jairogarzonm



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