Salvador López
Santiago
Opinión
Es
común que durante nuestros años de formación relacionemos al trabajo parlamentario
exclusivamente con lo concerniente al proceso legislativo, que si bien es la
esencia del mismo y constituye la función primigenia de los integrantes del
Congreso de la Unión, no es la única actividad que llevan a cabo los
legisladores de la Cámara de Diputados y el Senado de la República, también
llevan a cabo, entre otras, las siguientes acciones: foros informativos,
nombramientos, ratificaciones, excitativas y exhortos.
En
relación al último de los asuntos que hemos señalado, el mecanismo por
excelencia son las proposiciones con punto de acuerdo, documento que es presentado
por un legislador o grupo parlamentario ante el pleno y en éste se expone una
postura y una propuesta en torno de un tema de interés público. Asimismo tiene funciones
de control político en virtud de que a través de ellas se puede: solicitar al poder
ejecutivo información sobre un asunto, citar a comparecer funcionarios de la
federación, exhortar al ejecutivo federal a acatar alguna disposición o agilizar
alguna acción gubernamental, exhortar a las dependencias y entidades, a que
hagan, dejen de hacer o fortalezcan ciertas acciones.
Aunado
a lo anterior, también operan para solicitar a la comisión permanente la
convocatoria de periodos extraordinarios, solicitar al congreso la creación de
alguna comisión especial o bien para exhortar a alguna autoridad del orden
local para atender algún asunto de su incumbencia administrativa y de gestión.
De
esta manera, vemos que aunque con sus particularidades, de la misma manera que
los proyectos de iniciativa de ley, dichas proposiciones deben pasar por un
proceso legislativo –presentación, análisis, discusión (en comisiones y pleno)
y en su caso, aprobación-, pudiendo ser resueltas de inmediato cuando se trate
de asuntos denominados como de urgente resolución, esto en función del asunto
concreto, por ejemplo, si se trata de atender los estragos de un fenómeno
natural, donde el apoyo a los afectados debe darse de inmediato.
A
pesar de su importancia intrínseca, al no ser vinculante para quienes se
dirigen, de manera errónea hay quienes los consideran sin utilidad, cuando es
evidente que una proposición bien formulada y presentada en el momento
adecuado, tiene gran impacto al posicionar en la agenda pública un tema de
interés general, lo que deriva en una difusión mediática significativa y en
presión pública para que las dependencias o gobiernos de las entidades se
conduzcan con legalidad.
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@sls1103.
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