lunes, 22 de diciembre de 2014

México y su Política Social

Jairo Garzón Montaño
Opinión
A lo largo de su historia, nuestro país ha enfrentado diversos cambios estructurales, uno de los últimos procesos es el de la década de los ochentas –Crisis Mundial del Estado-, importante por su magnitud y por sus efectos que aún genera en el contexto internacional y local. A pesar de los cambios promovidos  por la Nueva Gestión Pública, hoy existe suficiente evidencia de que se ha reducido el ingreso real per-cápita y ha aumentado la pobreza, la marginación y la vulnerabilidad de las sociedades del mundo.


Frente a este contexto, el Estado Mexicano instrumenta una serie de mecanismos para superar estas condiciones a través de su Política Social, que tiene sus bases en dos dimensiones: La Universal, que tiene el objetivo de la atención general de la población -Salud, vivienda, seguridad, y educación- y la dimensión Focalizada que se traduce en acciones específicas delimitadas –personal y geográficamente- para las personas que lo necesitan, y cómo lo necesitan, a través de esquemas de desarrollo productivo y así compensar la situación en la que viven.

Esta situación nos impone un reto como país y como ciudadanos, en el que debemos aceptar la difícil pero no imposible misión de ser agentes de la transformación social, misma que implica reducir las desigualdades sociales y los niveles de pobreza, potencializando y maximizando las capacidades humanas para promover el desarrollo humano.

En la actualidad la Política Social Nacional muestra una tendencia global a desvincularse del contenido redistributivo y del pacto laboral que tuvo durante el último medio siglo, la esencia del neoliberalismo es que los Estados son incapaces de regular o tener injerencia en la economía  y en lo social de manera simultánea, por este motivo la Política Social asume solamente un carácter asistencial, perdiendo su función integradora. Lo más grave, es que deja de considerarse como una dimensión de la inversión del Estado, y pasa a ser una extensión del gasto público, diluyéndose el concepto de desarrollo social, en beneficio de la fuerza el concepto de compensación social.

A la par de esta crisis mundial del Estado Social, la sociedad civil emerge como un nuevo y fuerte actor político, obligando a los estados a su reconocimiento como actor fundamental en la solución de los problemas sociales, por lo que los invito en estas fechas a ser ciudadanos comprometidos a dejar de ser sólo espectadores, a sumarse a la transformación de Oaxaca y México.

Por mi parte, seguiré insistiendo que con la participación de todos, desde nuestras trincheras podemos forjar un mejor estado de Oaxaca y un México más próspero para todos, lo merecemos como ciudadanos conscientes de nuestra realidad un mejor presente y futuro.

Twitter:@jairogarzonm


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