La soprano huajuapeña, Patricia Trujano Granados, ha pasado dos años y medio en Viena, Austria. Al volver, se ha encontrado con un panorama gris en México, donde el incremento de la delincuencia y la pobreza extrema se han convertido en una constante. ¿Cuál es su mensaje hacia los políticos y hacia el pueblo mixteco que debe soportar esta realidad?
Por: Hugo Pacheco
Huajuapan de León, Oaxaca, noviembre 11, 2015 – La sonrisa de Paty Trujano pareciera perpetua e inmutable. Tiene en su mirada ese brillo que sólo poseen los niños que descubren el mundo de a poco, que aún se sorprenden por el vuelo de un ave o el místico matiz de un atardecer. Es con esa mirada que hoy analiza la situación de un México plagado de injusticia y violencia, donde los únicos índices que se elevan son el de la pobreza extrema y los homicidios. Al evocar esta crítica situación, los labios de la soprano se cierran, extinguiendo aquella sonrisa.
Quien conversa con ella, de inmediato logra sentir una gran empatía por su forma de ser, afable y sencilla, pero Patricia Trujano también es una mujer de carácter fuerte. El vivir la soledad en Viena sin duda la ha hecho crecer como cantante y también como persona; valorar la cultura mexicana y a su gente.
Por ello, al percatarse que los políticos han ensombrecido la esperanza de los oaxaqueños y que cada vez resulta más ficticio asegurar que tienen un grado mínimo de “calidad de vida”, la soprano habla sin temor y con una pasión similar a la que desprende al cantar:
“Si los políticos realmente quieren trascender en este mundo como personas que valen la pena… que se fajen los pantalones y luchen por la justicia social. Que se atrevan a hacer algo diferente. Estamos hartos de la violencia, hartos de la pobreza, de la falta de educación y la indiferencia por impulsar la cultura”.
“Y un día, México puede levantarse, no sé si en armas, porque ya está cansado de todo esto que está sucediendo”, comenta, mientras sus ojos se tornan analíticos y sus aretes plateados que porta se agitan sobre sus hombros mientras continúa la charla.
“Ahora que regresé vi a mucha gente enferma, sin felicidad en su rostro. Vi mucha violencia, gente que camina con miedo. Yo misma he caminado con ese temor”, dice, mientras sus palabras hacen eco a través de los pasillos de la ex hacienda en que nos encontramos, que hoy funciona como albergue, situada en el centro de Santo Domingo Tonalá.
Pese al cansancio de haberse levantado a las cuatro de la mañana para grabar su próximo Video Clip, (de la pieza musical “Dios nunca muere”, del compositor y violinista oaxaqueño Macedonio Alcalá), la fuerza de Paty Trujano resurge y contrasta la vida en Austria con la que se soporta en México:
“En Viena tú puedes caminar a la hora que quieras y no te pasa nada, nadie te quita nada. Si tiras una cartera, ellos te la regresan o se queda ahí y nadie la toma. Pero aquí no sólo te tienes que cuidar de que te roben, sino de tu propia vida”.
“Para los políticos es muy fácil decir << bueno, mientras yo tenga dinero, mientras yo esté bien, los demás que se mueran >>”, expresa, mientras su mirada brilla de ímpetu y arrojo, como si estuviese interpretando una Ópera trágica.
Al cuestionarle sobre qué le diría a los aspirantes a la gubernatura y presidencias municipales, en los comicios que se llevarán a cabo durante 2016, Paty Trujano comenta que:
“Los seres humanos pueden hacer lo que quieran porque piensan que tienen el poder, pero yo creo que todo lo que pasa en esta vida también se te regresa. Entonces, esto es un consejo, todo lo que uno hace se puede regresar. Si ellos actúan de una forma incorrecta en esos puestos que están desarrollando, la vida de alguna u otra forma se los hará conocer”.
Ella tiene la convicción de que cambiar el rumbo del país es posible: “Hemos venido a este mundo para dejar una huella loable, por eso es que yo me siento comprometida con mi arte, de poder cambiar a México con lo que yo hago”.
“Me levanto todos los días y me pregunto: ¿Qué puedo hacer hoy por México? Pues ser una buena cantante, un buen ser humano. Definitivamente creo que nosotros podemos lograrlo; a pesar de tanta porquería que hay. Tal vez soy muy idealista, pero creo que con lo que nosotros hacemos cada día podemos aportar algo para que México cambie”, dice la soprano.
Al verla caminar sobre el jardín empedrado, bajo la sombra de un árbol de zapote y portando un hermoso vestido confeccionado por el diseñador oaxaqueño Juan Manuel Bautista, no resulta difícil descubrir que los sueños que forjó a los cinco años, cuando descubrió el amor más sincero al tocar su primer guitarra, comienzan a materializarse.
En 2014, cuando el tema de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa estaba en auge, ofreció un concierto en la catedral de Huajuapan titulado “Un canto por la paz”.
Al regresar a Viena, asistió a marchas pacifistas y grabó una canción de protesta por el panorama que se vivía en México, junto a otras tres sopranos de sangre azteca: Adriana Hernández Flores, Abigail Coral Almeida y Liliana Arriola García, que juntas forman la agrupación “Divas Mexicanas”, con quienes también interpreta temas sociales y sobre los migrantes.
La tarde cae sobre Santo Domingo Tonalá y Paty Trujano vuelve a sonreír. Camina por la ex hacienda mientras analiza la situación que vive su país. Recuerda fugazmente las ciudades europeas que ha visitado, de las cuales, Paris ha sido la más entrañable: “Tiene tanto movimiento y color e idiomas y formas de pensar… de cierta forma se parece mucho a México, sólo que sin tanta violencia y pobreza”.
Paty Trujano volará nuevamente rumbo a Viena el 17 de noviembre, tras haber compartido su talento el pasado domingo 25 de octubre con cientos de huajuapeños en el Parque Independencia, donde entonó la Canción Mixteca, homenajeando a José López Alavés.
“Pienso que una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada, y es a ello a lo que he dedicado la mía”. Esta frase, del tenor mundialmente más famoso, Luciano Pavarotti, ha inspirado sus sueños, que no sólo se remontan al ámbito musical, sino al impulso que le brinda su arte para tratar de cambiar el gris panorama de su país, que ha vuelto a contemplar tras dos años y medio de vivir en Europa.
Hoy se ha convertido en una musa mixteca, en la soprano más reconocida de Oaxaca y su voz comienza a hacer eco por todo México, compartiendo con el mundo el reclamo de un pueblo lacerado por sus gobernantes, luchando desde su trinchera por un país más justo, para al menos borrar por unos instantes con su música el luto que logró ver en el rostro de sus paisanos.
He visto un México negro, a gente sin felicidad en su rostro *Entrevista con Patricia Trujano
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