JUVENTUD DESCONTROLADA

Llegue al grupo porque ya no le encontraba sentido a la vida. En ese entonces sentí que ya no podía más, ni con la escuela, ni con mi familia, ni con mis amigos, ni con nada, tampoco podía estar ni en la casa de los padres, ni en mi cuarto sola.

Algo que me caracterizo en este tiempo fue que me la pasaba durmiendo prácticamente todo el día, tuve la firme convicción de creer que este sueño era porque me levantaba muy temprano y me acostaba tarde por trabajos de la escuela, por algún que otro quehacer que realizaba, ya que ni diversas actividades a la vez podía hacer porque me cansaba rápidamente, o si no sentía fuertes dolores de espalda o hinchazón en los pies y eso hacía que me diera más sueño.

Otra de las cosas que me sucedieron, fue ese gusto incontrolable por el alcohol. Y del que pensé que no me causaba el menor problema porque según yo bebía poco. Sin embargo la que sonsacaba a mis amigos a salir a tomar fui yo, la que insistió fui yo, la de la idea de beber fui yo y una vez que lo hacía me sentía sumamente mal tanto física como moralmente.

En aquellas veces en las fiestas o en los antros me la pasaba vigilando al exnovio, viendo lo que hacía, con quien platicaba, con quien bailaba y hasta me fui a bailar a lugares estratégicos solo con el único fin de que el me viera, según yo feliz, disfrutando, que viera que ya había trascendido la relación y que con él o sin él podía seguir mi vida normal, cosa que no fue así. Porque lo llegue a buscar en repetidas ocasiones a pesar de saber que el mantenía relaciones con otras chicas.

Al no encontrarle sentido a la vida me incline por las relaciones sexuales y tuve sexo con muchos chicos, siendo yo la que daba el primer paso, la que buscaba, la que convencía. Independientemente del acto sexual, esas relaciones me dejaban una sensación de vacío, de arrepentimiento, es por eso que no había segunda vez con el mismo chico, y por lo tanto buscaba al siguiente.

Una vez que llegue al “Movimiento Buena Voluntad 24 Hrs. de Neuróticos Anónimos” y a través de la terapia y las experiencias que me regalan mis compañeros he ido dándome cuenta de algunas cosas con mi manera de ser, de cómo me he dejado llevar por lo que he sentido sin importarme las consecuencias y el daño que me ha provocado.

Además de irme conociendo con apoyo del grupo mi vida ha ido mejorando. Tengo ganas de vivir, la relación con mi familia es más llevadera. Ahora si me despierto sin mucho esfuerzo, he dejado de dormir durante el día y hago mis quehaceres más ligera. Por cierto también he dejado de morderme las uñas y mi cabello se me ha dejado de caer en exceso. Todo ello gracias al movimiento Buena Voluntad.

GRUPO B.V. 24 HORAS HUAJUAPAN

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