Hugo
Pacheco
Marco Antonio Martínez
Ortiz, presidente del Consejo Asesor del Área Natural Protegida “Boquerón” de
Santo Domingo Tonalá, declaró que las jaurías de perros salvajes en dicha zona
se han reproducido de manera alarmante, ahuyentando a la escasa población de
pumas y jaguarundis.
Tales felinos fueron
detectados por cámaras instaladas en coordinación con la Comisión Nacional de
Áreas Naturales Protegidas desde noviembre de 2011, y en el último año durante los monitoreos, se
detectó un aumento considerable de perros salvajes, quienes en manadas también
atacan a la población de venados.
Martínez Ortiz refirió que
no pueden matar a los perros, ya que
como institución protectora de la fauna y flora de la región, “privarlos
de la vida sería contradictorio”.
A este problema se agrega la
indiferencia de las autoridades municipales, que se han enfrascado en
conflictos políticos desde 2014.
Aunado a esto, el Consejo
debe combatir la caza de los felinos, cuyo ecosistema es frágil, “¿pero cómo se
les puede juzgar a los cazadores si no contamos con el respaldo de la
autoridad?”, ya que el palacio se encuentra custodiado por policías federales,
además de que los 10 elementos policiacos locales según Martínez Ortiz “se
dedican a cuidar la casa del presidente municipal”, Adrián Rosendo Zaragoza
Hernández.
Al respecto, indicó que los
tonaltecos viven “en un pueblo sin ley” y que ya se han acostumbrado a cuidarse
entre sí.
Por otra parte, explicó que
el puma y el jaguarundi “no son tan peligrosos como se dice, ellos huyen con la
presencia del humano”.
Por último, informó que se ha construido una torre de observación
para vigilancia de incendios forestales, misma que también permite ver
comunidades de cinco municipios de la región, convirtiéndose en un atractivo
turístico para los visitantes.
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