Como ocurre desde 1950 -año en el que se fundó la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, el 7 de abril se conmemoró una edición más del “Día Mundial de la Salud”, espacio en el que en términos generales se busca generar conciencia sobre lo importante que es la salud para transitar a una vida productiva, plena y feliz. Para ello, cada año se elige un tema central para destacar un área prioritaria de interés, este año es: “Vence a la diabetes”.
Estoy convencido de que la salud es indispensable para poder desarrollarnos de manera integral, sin que su ausencia nos condene a no hacerlo. Pero estarán de acuerdo en que contar con un buen estado de salud, es uno de los mayores anhelos y privilegios que podemos y debemos tener, aunque a veces no lo valoremos en su justa dimensión.
En relación a esta última consideración, me parece oportuno señalar que el artículo 1º Bis de la Ley General de Salud, señal que: “Se entiende por salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. A partir de esta definición, que dicho sea de paso, coincide con la proporcionada por la OMS, los invito a reflexionar sobre lo afortunados que somos quienes no padecemos ningún tipo de enfermedad grave o discapacidad que eventualmente pudiera complicar nuestra vida cotidiana.
Un ejemplo claro lo podemos ver con el panorama adverso que enfrentan, tanto a nivel internacional como nacional, las personas con diabetes. En cuanto al primero, la propia OMS refiere que a nivel mundial: para el año 2030, esta enfermedad será la séptima causa de muerte; 422 millones de personas la padecen, cifra que se duplicará en los próximos 20 años; se calcula que en 2012 fallecieron 1,5 millones de personas a causa de ella; y que en los últimos años han aumentado los casos en niñas y niños.
En México el panorama no es menos alarmante, prueba de ello, es que según información de la Secretaría de Salud, la diabetes representa la segunda causa de muerte en nuestro país, donde el 9.7% de mujeres y el 8.6 de hombres la padecen, y en 3 de cada 10 casos, los afectados desconocen la presencia de esta enfermedad. Sé que no es sencillo, pero ante este escenario es fundamental que en medida de nuestras posibilidades, sociedad y gobierno, concentramos esfuerzos para establecer, fortalecer, ampliar, fomentar e impulsar las medidas y acciones que permitan superar los retos que hay en la materia.
En este orden de ideas, debemos tener en cuenta que al ser una enfermedad que no es curable sino sólo tratable, resulta imperativo que generemos conciencia sobre la necesidad de controlar los niveles de glucosa en la sangre y de esta manera, evitar complicaciones en el corazón, el sistema circulatorio, los ojos, riñones y nervios. Aprovechemos los grandes avances científicos que hay en la actualidad para que, por un lado, se detecte y diagnostique de manera oportuna, y por el otro, quienes la padecen puedan llevar una vida plena y sin impedimentos para sobresalir en todos los ámbitos.
Hagamos del “Día Mundial de la Salud”, la ocasión inmejorable para valorar y cuidar lo más importante que tenemos, la salud, no esperemos a que sea demasiado tarde.
Twitter: @sls1103
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