El año pasado, se logró un consenso internacional que pretende ser una respuesta oportuna a la necesidad de asegurar un financiamiento integral para el desarrollo sostenible y sustentable de las localidades, ciudades y zonas metropolitanas del mundo.
La riqueza de este acuerdo, radica en la participación sin precedentes de la sociedad civil, la cual, junto con los gobiernos nacionales de diversos países, acordaron una agenda –desde mi punto de vista ambiciosa- de 17 objetivos, para garantizar en el 2013, el desarrollo sostenible y generalizado para superar la pobreza, combatir las desigualdades, promover la prosperidad y cuidar o preservar el medio ambiente.
La agenda, también contempla acciones y compromisos precisos en materia igualdad de género, derechos de las mujeres y su empoderamiento como agentes fundamentales de la transformación social. Con ello, se busca impulsar sociedades pacíficas, justas e inclusivas, en las que participen de manera permanente la iniciativa pública, privada y social.
Estoy convencido de que la agenda 2030, debe ser un marco referencial de las políticas de Estado y políticas públicas locales, regionales y nacionales, además de convertirse en un instrumento de trabajo, que sirva como red de intercambio de experiencias y participación democrática de las entidades y naciones.
En este contexto, nuestro país tiene que reforzar sus medidas a fin de cumplir con los compromisos adquiridos ante la comunidad internacional, pero sobre todo, con los mexicanos para fomentar y dinamizar las capacidades productivas que como país poseemos, y de esta manera las familias mexicanos gocen de mejores estadios de calidad de vida.
Hay mucho por hacer, destaca superar los desafíos relativos a la procuración y admiración de justicia; instrumentar de manera eficiente el nuevo sistema de justicia penal y prevenir la comisión de actos tipificados como desaparición forzada y tortura. En seguridad, apremia que el Congreso de la Unión, debata, enriquezca y apruebe la iniciativa de mando único, para que se homologuen los protocolos de actuación, los métodos de capacitación y se les dote de instrumentos dignos y de calidad.
La economía del país, necesita mayores inversiones y promoción ante el exterior, por ello, urge que el proyecto de las zonas económicas especiales se lleve a cabo en entidades como Oaxaca, para que sirva como nuevo método de la planeación estatal, promueva la innovación, el desarrollo sustentable y la actualización o certificación del capital humano bajo estándares de competitividad mundial.
El ámbito local es de vital importancia, más cuando se está tan cerca de un proceso de renovación a través de comicios electorales, en este marco, espero que el próximo 5 de junio sea una fiesta democrática, en la que los ciudadanos de manera informada y consciente, elijan a sus próximas autoridades. En verdad hago votos para que la jornada electoral, no sea motivo de pugna para el magisterio y momento de compra y coacción del voto, sino más bien, el espacio idóneo para expresar en las urnas nuestra voluntad.
Las nuevas autoridades, tendrán por delante una tarea de crucial, por ejemplo, los diputados locales deberán construir un marco jurídico actualizado, con incentivos fiscales, que impulsen la comunicación y la infraestructura carretera en la entidad. Por su parte, el nuevo Gobernador durante los primeros meses de su gestión, debe hacer al estado atractivo para las inversiones dinamizando nuestras ventajas competitivas como los puertos, aeropuertos y personal altamente calificado.
Por su parte, los nuevos presidentes municipales tendrán que trabajar con austeridad y transparencia en la solución de las necesidades más sentidas de la ciudadanía, sobre todo, en la administración de servicios públicos básicos, tales como alumbrado público, agua potable y alcantarillado.
En síntesis, los tres órdenes de gobierno tienen responsabilidad en el cumplimiento de las metas 2030, tienen injerencia en hacer de este mundo uno más justo y equitativo para las próximas generaciones. Al hacer un mejor Oaxaca, seguro estoy que viviremos en condiciones diferentes, con educación de calidad, empleos bien remunerados, vivienda digna y mayor prosperidad.
México, el Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030
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