jueves, 18 de agosto de 2016

NO PUDE MAS CON EL MIEDO

Desde que era niña sentí mucho miedo a vivir. Decir específicamente a que le tenía miedo es difícil, porque me podría atrever a decir que era prácticamente a todo a la obscuridad, al muerto, a que me pasara algo, a que me enfermara, etc.


Conforme fui creciendo estos miedos se intensificaron mucho más, pero acá, las cosas fueron distintas porque ya tenía una familia a la cual debía cuidar y mantener al mismo tiempo, ya que enviude.


Hasta que llego el día que empecé a sentir algunos malestares como: ardor en el estómago, al que los médicos me diagnosticaron como una gastritis y la cual no me pudieron controlar, pero ya antes de esto, había tenido algunos otros síntomas como el insomnio, la taquicardia y un miedo exagerado a morirme.


Estos malestares me alteraban mucho, poniéndome de malas, enojándome con facilidad y desquitando mi coraje con mis hijos a parte de seguir sintiendo ese miedo atroz, a tal grado de imposibilitarme para realizar las actividades más sencillas de mi vida.


Cuando llegue al grupo por primera vez sentí que ese lugar no era para mí, porque me preguntaba: ¿que tenían que ver los miedos con lo que yo estaba sintiendo?


Más sin embargo no dude en entrar porque yo quería saber que era el grupo del “Movimiento Buena Voluntad 24 horas de Neuróticos Anónimos”, lógico que no me gusto cómo funcionaban y por lo tanto me dije que ese lugar no era para mí, pero me sentía tan mal que ya no tuve otra opción, porque sentía que me moría y pensaba que con quien se iban a quedar mis hijos.


En ese entonces no me gustaba asistir a la terapia de recuperación que el grupo me ofrecía, quizás era porque ahí fui descubriendo poco a poco quien realmente era yo, y que esos malestares que sentía, se relacionan con mi forma de ser. Me di cuenta que la gastritis que sentía era producto de mi intolerancia y que al asistir a la terapia del grupo fue desapareciendo, al igual que otros



NO PUDE MAS CON EL MIEDO

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