Jairo Garzón Montaño
Opinión
La intensa dinámica de los
mercados internacionales está limitando las capacidades institucionales de los
Estados Nación para satisfacer necesidades elementales como seguridad,
crecimiento económico y desarrollo social. Frente a este escenario, es preciso que
los países hagan un uso racional, eficiente y eficaz de sus recursos humanos,
financieros y tecnológicos.
Esta tendencia ha quedado de
manifiesto en diversas evaluaciones, entre las que destaca el índice Global de
Competitividad 2014-2015 del Foro Económico Mundial, que posiciona a México en
el lugar 61 de 145 países calificados –mide principalmente las capacidades de
las agencias gubernamentales para hacer frente a una problemática social y la
eficiencia para hacer un buen uso de los recursos disponibles para generar
bienestar y capital social-.
Entre los principales
resultados destaca que México cayó seis
posiciones en el ranking al bajar de la posición 55 en el 2012-2013 al 61 en el
2014-2015. Los rubros con peores resultados son los de seguridad con 140,
calidad del sistema de educación al 123, eficiencia del mercado laboral con tan
sólo 121 e implantación de las Tecnologías de la información y comunicación con
88.
En el rubro mejor posicionado fue el de pilar de tamaño
de mercado, al ocupar el puesto 10 y el peor evaluado fue el de la eficiencia
en el mercado laboral con el sitio 121. Ante el mal clima para abrir un nuevo
negocio que tenemos es necesario resarcir los elementos que afectan al actual: corrupción
19%, regulaciones fiscales 15% e ineficiencia de la burocracia gubernamental
13%.
Ante estas problemáticas, era primordial robustecer el
marco jurídico del sector, por tal motivo, celebro que en el Senado de la República
se haya aprobado la Ley para Impulsar el Incremento Sostenido de
la Productividad y la Competitividad de la Economía Nacional, con la que se
impulsará la productividad, competitividad, crecimiento económico sostenido y
desarrollo del país.
Ahora
será posible la implementación de una Política Nacional de Fomento Económico
que potencialice la integración de las cadenas productivas de las empresas con
el mercado internacional para aumentar las exportaciones y hacer crecer el
mercado interno. Asimismo, a través del Comité
Nacional de Productividad se podrá diseñar proyectos sectoriales transversales
con visión de largo plazo y se instrumentarán políticas de integración regional
para la Competitividad comercial.
Hago votos para que estos
cambios se traduzcan en beneficios concretos para las familias mexicanas y
permitan la puesta en marcha de una política de fomento económico de primera
generación. Es decir, que permitan la democratización de la productividad. Como
mexicanos merecemos que nos vaya bien, como gente trabajadora y productiva
anhelamos mejores condiciones laborales, más opciones de profesionalización y
mejores incentivos gubernamentales que premien el emprendedurismo y las ganas de salir
adelante. Los oaxaqueños y mexicanos lo merecemos.
Twitter:@jairogarzonm
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