miércoles, 28 de octubre de 2015

“Evolución de la Relación: Ejecutivo-Legislativo”

Salvador López Santiago


Aunque no es el único acontecimiento que ha influido, particularmente considero que fue a partir de la reforma política de 1977, que gradualmente se han consolidado grandes acciones para que los pesos y contra pesos sean una realidad y no sólo supuestos jurídicos o cuestiones dogmáticas, transitando de un sistema de partido dominante y presidencia fuerte a uno de gobierno dividido y presidencia débil –al menos en los primeros años de transición al nuevo régimen-.


Recordemos que bajo el sistema de partido dominante, si bien había estabilidad social en todos los ámbitos, también se dotó de facultades metaconstitucionales al Ejecutivo Federal, delegando al Legislativo a una especie de extensión de aquél y peor aún, inhibiendo la posibilidad de pluralidad, creación de partidos, y equilibrios institucionales entre ambos poderes. Ante este panorama, una de las consecuencias más graves fue que la democracia derivó en falsas expectativas que se tenían en torno a la misma, entre las que destacan el reconocimiento de la pluralidad política como una realidad que no debe ser exorcizada; igualdad política; libertad política; y presencia de las minorías.


Lo anterior hizo que la relación entre instituciones de gobierno, sistemas de partidos políticos y estabilidad democrática se convirtiera cada vez más en una condición crucial para el mantenimiento del sistema político de nuestro país. De esta manera, inició un camino para transitar de un sistema de partido hegemónico a un sistema multipartidista, el cual encuentra su primer gran referente en la ya referida reforma política de 1977.


Otros aspectos determinantes en la evolución del Ejecutivo y el Legislativo, se dieron en 1989 cuando el PRI perdió su primera gubernatura, en 1997 cuando perdió la mayoría en el Congreso y por supuesto, en el 2000, año en que se dio la primera alternancia en la presidencia de la República. Lo anterior, dejó de manifiesto que el presidencialismo tiende a mejorar su desempeño cuando el presidente con la mayoría en el congreso, sin embargo, contar con más del 45% hace que esté en superioridad respecto al congreso, y a contrario sensu, al no contar con dicha mayoría, se da paso a las coaliciones.


En este sentido, cabe mencionar que las coaliciones de gobierno fueron producto de la búsqueda de alternativas a los problemas que derivan de la compleja combinación que implica el presidencialismo y multipartidismo. De esta manera, vemos que al menos en la aprobación de las reformas constitucionales estratégicas, resulta indispensable actualizar una coalición gobernante, es decir, ante un conjunto de partidos políticos que acuerdan metas comunes, reuniendo los recursos para concretarlas y distribuyen los beneficios del cumplimiento de esas metas.


Bajo esta tesitura, la presencia de diversas ideologías en el seno del Congreso de la Unión, dan pauta al desarrollo de arduas discusiones y debates, condición propia e inherente del ámbito legislativo, lo cual deriva en estabilidad democrática, entre otras cosas, porque a diferencia de lo que ocurría en décadas pasadas, los titulares del ejecutivo y legislativo tienen una mayor relación interinstitucional y cada vez más, con mayores condiciones de igualdad, es decir, con la presencia efectiva de pesos y contrapesos.


Twitter: @sls1103



“Evolución de la Relación: Ejecutivo-Legislativo”

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