Desde mi infancia uno de mis problemas principales fue el rechazo al trabajo, terminaba siempre por enojarme. De ahí que cuando mi madre me pedía que le ayudara con la limpieza de la casa o que hiciera mi tarea escolar hacía las cosas de mala gana, generando mucho coraje hacía ella, ya que mi deseo era el de estar en la calle jugando con mis amigos o simplemente no hacer nada.
Conforme pasaba el tiempo este coraje hacía mi madre fue aumentando, porque era ella quien estaba al pendiente de mis obligaciones en la escuela además de que me interesaba por el trabajo en el hogar.
Ya en mi adolescencia cuando empecé a tomar alcohol, todo mi entorno familiar se descompuso ya que todo los que yo sentía se incrementó. Estando ebrio me rebelaba a las órdenes de mi madre, incluso en alguna ocasión intenté agredirla físicamente. Lo mismo sucedió con mi padre, porque a pesar de que él era muy consecuente conmigo y no intervenía en mi vida, en una ocasión estando alcoholizado lo llegue a retar a los golpes.
Llego el día en que forme un hogar, pero durante mi matrimonio tuve muchos problemas con mi esposa. Nuestra relación empeoró el día en que me dijo que estaba esperando un bebé, pues yo me molesté por ese hecho, ya que consideraba al hijo que venía en camino como un estorbo, porque a mí no me gustaba trabajar y mucho menos las responsabilidades.
Llegué al “MOVIMIENTO BUENA VOLUNTAD 24 HORAS DE NEURÓTICOS ANÓNIMOS” y gracias a las experiencias de los compañeros del grupo, me di cuenta que tenía una enfermedad emocional y lo mejor de todo que si tiene cura. Con la terapia la relación con mi esposa e hijo ha mejorado notablemente, lo mismo que con mis padres con quienes convivo y los trato de comprender, por el día de hoy me siento bien.
DESAHOGO A MIS PROBLEMAS
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