Salvador López Santiago
Hace unas semanas, el Congreso de la Unión (Cámara de Diputados y Senado de la República), celebró periodo extraordinario de sesiones, que considero fue muy productivo en virtud de que en él se abordaron temas indispensables para el fortalecimiento del orden jurídico nacional, pero también debo decirlo, hubo otros que por falta de acuerdos, consensos y voluntad, quedaron rezagados una vez más, caso concreto el relativo al uso del uso terapéutico, medicinal y con propósitos de investigación científica de la marihuana.
Sobre los temas en los cuales sí hubo avances (aunque también quedaron pendientes), destacan los relativos a la legislación secundaria del Sistema Nacional Anticorrupción, no obstante, me parece que es igual de importante lo concerniente al denominado Mando Mixto, que en esencia busca profesionalizar los cuerpos policiacos de nuestro país.
Precisando que este asunto todavía no culmina su proceso legislativo, me parece importante destacar que al menos en el discurso (falta ver qué resultados se alcanzan), el debate en el Senado de la República se dio bajo ejes considero medulares: seguridad, tranquilidad y bienestar de la población mexicana. Sobre el particular, uno de los argumentos más sólidos fue que este modelo es vital para el éxito del Nuevo Sistema de Justicia Penal, que el pasado 18 de junio se implementó en todo el territorio nacional.
Insisto, los resultados son los que dirán si es una buena o mala decisión. Sin embargo, cabe destacar algunos de los beneficios de las modificaciones constitucionales: el modelo mixto conserva la competencia de seguridad en los tres órdenes de gobierno; se fortalece la prevención, reacción y atención más acorde a las exigencias que impone en contexto en el que nos encontramos inmersos; y contempla un sistema nacional de servicio policial, el cual permitirá la coordinación entre instituciones de dos o más órdenes de gobierno.
Otro aspecto de suma relevancia, es la profesionalización de los cuerpos policiacos, cuestión ineludible para contar con un sistema nacional de servicio policial de vanguardia e incorruptible, lo cual será posible con la homologación de las normas en el ingreso, capacitación, las condiciones laborales, protocolos de actuación, estímulos, reconocimientos y la garantía de una remuneración mínima, coadyuvarán a dicho objetivo.
Además, la seguridad pública adquiere una nueva dimensión al establecer que comprende las acciones encaminadas a salvaguardar la integridad y derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz pública. Este diseño institucional, emana con la premisa de sentar las bases para garantizar de manera efectiva la tarea primordial de salvaguardar la seguridad y el patrimonio de las y los mexicanos.
Uno de los grandes avances radica en que se fortalece a las instituciones de seguridad pública sin demeritar las atribuciones en la materia de la federación, las entidades federativas y los municipios, situación que se traduce en la posibilidad de contar con mayores herramientas para que los tres órdenes de gobierno, en el ámbito de sus respectivas atribuciones y de manera coordinada hagan frente de manera efectiva a la delincuencia organizada, lo que constituye una de las mayores demandas sociales.
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“A un paso del Mando Mixto”