La riqueza de nuestros pueblos, se refleja en un sinnúmero de tradiciones y costumbres tales como bailes regionales, trajes típicos y recetas culinarias ancestrales que reflejan parte de nuestra identidad y que además constituyen un patrimonio inigualable del pueblo mexicano.
En este contexto, no me queda duda de que somos un país afortunado, ya que poseemos técnicas distintivas de cocción, preparación y consumo que han sido heredadas por generaciones, lo cual, da un distintivo nuestra comida.
Nuestra gastronomía nacional, está basada en la utilización de elementos de fácil acceso en nuestras comunidades como el maíz, chile y frijol, los cuales han sido desde tiempos inmemorables, el complemento idóneo de festividades, celebraciones religiosas y conmemoraciones sociales.
Bajo estas consideraciones, no sorprende que nuestra comida, sea el centro de atención en cruceros y restaurantes de alta cocina, y además esté presente en ferias de turismo, visitas de Estado y reunión bilaterales.
Por tales motivos, en años recientes fue declarada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
A pesar de este panorama, sigue siendo de vital importancia continuar fortaleciendo los proyectos de investigación y documentación que tengan por objeto el desarrollo, la promoción y el registro de la propiedad intelectual de nuestros platillos.
En sintonía con ello, celebro que recientemente se haya aprobado en el Senado de la República la Ley Federal de Fomento a la Gastronomía Mexicana, con la que se promoverá la inclusión de la participación social en el desarrollo económico regional generando empleos; acelerar el acceso a créditos y servicios financieros.
El fomento a la Gastronomía Mexicana, será central para promover el consumo, distribución y producción de alimentos de calidad y desarrollar el concepto de la Gastronomía Mexicana como un elemento de riqueza y diferenciación nacional e internacional.
Además con esta nueva Ley, estoy seguro que se contribuirá a garantizar el derecho a la alimentación adecuada y para el impulso de la adopción de prácticas que incentiven la competitividad de los productos y servicios para el aprovechamiento sustentable de nuestros recursos naturales.
Estoy convencido de que la originalidad de la comida mexicana en sabores, colores, olores y texturas, dan cuenta de nuestra cosmovisión, relación con la naturaleza y capacidad de expresión para demostrar nuestro orgullo de llamarnos mexicanos.
Hagamos un frente común, contra los intentos de apropiarse indebidamente de nuestras recetas, costumbres y tradiciones, ejemplos hay muchos como el caldo de piedra o la receta del pez asado de Pochutla.
La gastronomía mexicana vive su mejor momento, ya que tiene un lugar estratégico en el desarrollo económico de México y en la aspiración de alcanzar el desarrollo integral de la sociedad en su conjunto. Sin embargo, si no cuidamos y preservamos nuestra riqueza culinaria y gastronómica, estaremos perdiendo parte de nuestra identidad y patrimonio inigualable del pueblo mexicano.
México y su Riqueza Gastronómica
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