Recuerdo que en la primaria se cayó una compañera del salón y se lastimo la frente, tal vez en el momento me espante, pero también pensé que bueno que se lastimo por presumida, porque era más inteligente que yo.
En otra ocasión que iba con mi mamá y mis hermanos a la casa de su amiga. Las niñas de ese lugar siempre me decían “tu no juegas por que no eres de aquí vete para tu casa”, me acuerdo que me repegaba, viendo como jugaban, pero por dentro sentía odio, mucho coraje hacia ellas. Al paso del tiempo ver que a una de ellas la embarazaron, la otra se casó y después se separó; y una tercera más casada no pudo tener hijos, ver como mis antiguas rivales de niñez fracasaron me ocasiono mucho gusto.
Ha habido un gusto irresistible en mi de querer llamar la atención pero simplemente mi físico no me lo permitió. En la Secundaria trate de imitar a las compañeras que se subían la falda del uniforme para enseñar las piernas, lo intente hacer pero me sentía incomodad, no me gusto.
Más adelante también estuve en el club de danza de la prepa porque me ha gustado mucho el baile, pero mi obsesivo miedo a viajar me impidió seguir en él y termine por dejarlo. Para ese entonces tuve mi primer novio, pero tenía miedo y a la vez me daba vergüenza que me abrazara, porque pensaba nos va a ver la gente y le van a decir a mi papá y la que se me va a armar.
A este le hice mucho daño porque muchas veces lo desprecie, en ese tiempo yo ya trabajaba y él iba por mí, había veces que me daba gusto y otras ocasiones pensé “ ahí está otra vez”, salía enojada de mi trabajo porque las cosas no me salían como quería y me desquitaba con él, diciéndole palabras hirientes, haciendo cosas que lo lastimarán.
Mi noviazgo fue un desastre el discutir todo el tiempo con él, lo humillaba, lo hacía llorar, hubo muchas veces que yo provoque las peleas le decía que él tenía la culpa, nada más para que me pidiera perdón.
Poco después me empezó mucho hormigueo en todo mi cuerpo, eso me provoco mucha angustia, les suplique a mis papás que me ayudaran, me llevaron al doctor y decía que no tenía nada, acudí con el psicólogo, pero no me sentí mejor.
Me hablaron de un lugar en donde me iba a sentir bien, fue como me decidí y conocer al grupo, “Buena Voluntad 24 Hrs. de Neuróticos Anónimos”. Por el día de hoy ya no me siento tan mal y puedo salir adelante; sobretodo ser una persona distinta, ser una mejor persona.
ARROGANTE
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