Salvador López Santiago
Estoy convencido de que en buena medida, la grandeza de nuestro país se encuentra depositada en la fortaleza de sus instituciones, entre las que destaca la Secretaría de la Defensa Nacional, la cual está compuesta por el Ejército Mexicano y por la Fuerza Aérea Mexicana. En relación a esta última, cabe mencionar que el 10 de febrero del año en curso cumplió 101 años de existencia.
Sin duda, el centésimo primer aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana es motivo de orgullo, entusiasmo y esperanza en virtud de que se trata de una institución honorable que se distingue por sus notables aportaciones para el mantenimiento de la seguridad pública, la paz y la tranquilidad social, situación que le permite posicionarse entre las de mayor credibilidad y confiabilidad.
En las situaciones más complejas, siempre está presente, así lo demuestra su extraordinaria labor en las funciones de: Defender la integridad, independencia y soberanía de México; Garantizar la seguridad interior; Auxiliar a la población en caso de necesidades públicas; y Prestar ayuda para el mantenimiento del orden, el auxilio de las personas y de sus bienes, así como la reconstrucción de las zonas afectadas durante desastres naturales.
Para ponderarla en sus justas dimensiones, considero oportuno hacer referencia de algunos de los pasajes más emblemáticos de esta noble institución. En este orden de ideas, destaca que entre los años de 1923 a 1929 -etapa en la que México estuvo envuelto en múltiples insurrecciones de tipo religioso, territorial y militar, la Fuerza Aérea brindó gran apoyo al Ejército Nacional-, tuvo una participación fundamental para la conservación de la paz.
Por si esto no fuera suficiente, en 1945 fue puesta a prueba con la heroica intervención del Escuadrón de pelea 201 en la Segunda Guerra Mundial. Además, tan solo entre septiembre de 2014 a julio de 2015, llevó a cabo diversas operaciones, entre las que destacan: 190 mil 993 operaciones de vigilancia que emprendió en el territorio nacional; 416 misiones de vigilancia y reconocimiento aéreo para localizar aeronaves ilícitas, pistas o áreas susceptibles de aterrizaje clandestinas; y su enérgico combate a la delincuencia organizada.
Bajo esta tesitura, es incuestionable el compromiso, convicción, vocación de servicio y alto valor de las mujeres y hombres que forman parte de esta noble e importante institución. Hoy, reconozco la lealtad y vocación de servicio que siempre ha caracterizado a la Fuerza Aérea Mexicana, pero también el trabajo cotidiano que desarrollan, siempre en beneficio de la integración, la fortaleza y la estabilidad en las instituciones mexicanas, así como de la tranquilidad de la sociedad mexicana.
A más de un siglo de su creación, gradualmente la Fuerza Aérea Mexicana ha evolucionado para adaptarse a los retos y demandas que imponen los tiempos actuales, prueba de ello es que continúa como una institución de vanguardia, referente y medular para nuestro país. Sobre el particular, sírvase el presente artículo para hacer un llamado ciudadano dirigido a las autoridades de los tres órdenes de gobierno e institutos políticos, para que redoblen esfuerzos para superar la grave crisis de credibilidad que viven las instituciones nacionales.
Twitter: @sls1103
Fuerza Aérea Mexicana, una historia de grandeza y valor.
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