Salvador López
Santiago
Opinión
A finales de noviembre de 2011, el Vocal
Ejecutivo de la Junta Distrital 39, en el Estado de México visitó mi domicilio
para hacerme entrega del nombramiento que me acreditaba como Consejero
Electoral para participar en el Proceso Electoral Federal 2011-2012, el último
organizado por el IFE. A pesar de que en aquel momento no sabía las dimensiones
del reto que afrontaría, lo asumí con gran ímpetu y la mayor responsabilidad,
de ahí que al mirar en retrospectiva sea reconfortante manifestar que se
convirtió en una de las experiencias más gratificantes que he tenido.
En este sentido, considero importante
mencionar que en aquella ocasión, el Distrito Electoral Federal 39 se
distinguió por ser el único de los 300 Distritos del país en donde hubo
recuento total en las tres elecciones –Diputados Federales, Senadores y
Presidente de la República-, situación que nos llevó a dar nuestro máximo
esfuerzo y a potencializar todas nuestras capacidades, siempre bajo los
principios rectores del instituto. Además de la importancia intrínseca de las
actividades que lleve a cabo, éstas me permitieron tener una primera
aproximación con lo que hoy es mi actividad central -el estudio, análisis y
apoyo especializado en el quehacer legislativo.
Posteriormente, desde noviembre de 2014,
nuevamente tuve la oportunidad de participar en el Proceso Electoral Federal,
con la peculiaridad de ser el primero que se desarrolló bajo el nuevo Sistema
Nacional de Elecciones, derivado de la Reforma político-electoral de 2014.
Igual que en el 2012, fue un honor poder materializar la ciudadanización del
INE, actividad medular para garantizar la legalidad y certeza de los resultados
de los comicios, en consecuencia, determinante para salvaguardar la soberanía
nacional a la que se refiere el artículo 39 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
Después de vivir ambas experiencias, me
parece oportuno hacer un balance entre los aspectos positivos y aquellos en los
que se deben redoblar esfuerzos o re direccionar el rumbo. En este sentido,
debo manifestar que en términos generales, tanto el entonces IFE como el actual
INE, se caracterizan por ser una institución con responsabilidad y
profesionalismo, sin embargo, entre otros aspectos, la incorporación de los
avances tecnológicos siguen siendo un tema en el que se deben corregir varias
cuestiones, basta mencionar las fallas ocurridas durante la segunda
insaculación o último error registrado en el sistema de los Cómputos
Distritales.
Asimismo, aprovecho la ocasión para expresar
que en el tiempo que pude participar en los Procesos Electorales referidos,
conocí a personas muy valiosas, trabajadoras y dedicadas, a todos ellos mi
mayor reconocimiento, sobre todo a quienes como yo, “se pusieron la camiseta
del instituto”, y contribuyeron a la construcción de elecciones transparentes y
exitosas. Hoy, terminó esta etapa con la tranquilidad de haberme conducido con
honorabilidad y responsabilidad, pero sobre todo con respeto, compañerismo,
cordialidad e institucionalidad.
Ante este nuevo objetivo cumplido, lejos
de detenernos en el camino, es oportuno que sin dilación alguna, analicemos
cuál es el siguiente paso en nuestro desarrollo personal, laboral y profesional.
Bajo este contexto, sólo me resta desear el mayor de los éxitos a las personas
que tuve el placer de conocer en ambos Procesos: “Cuando se cree y se
trabaja, se puede”.
Twitter:
@sls1103.
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