Jairo Garzón Montaño
Opinión
La
sociedad civil se estructura como un hecho social, el cual está ligado
directamente con la generación de ciudadanía, juntos, representan una arista
más desde donde debe ser entendida la relación sociedad- Gobierno y Estado.
Diversos
textos dan cuenta que la tradición asociativa da lugar al concepto moderno de
sociedad civil, ésta surge desde la edad media, con la estructuración de los
gremios y las cofradías, se enriquece en la revolución industrial a través de
organizaciones más complejas como los sindicatos de trabajadores y las
asociaciones patronales, ya para los siglos
XX y XXI, el fenómeno asociativo adquirió
una notable fuerza, constituye una nueva realidad en sociedades democráticas.
En
relación a este proceso, Lester Salamon afirma que en todo el mundo sin importar
la terminología se está dando una revolución
asociativa, reflejada en la aparición de un tercer sector, producto de cuatro
crisis -la del Estado de bienestar,
la del desarrollo, medio ambiente y la del socialismo- y dos revoluciones -de las comunicaciones
y de la burguesía-.
Ante este contexto, un elemento
fundamental para entender la función de la sociedad civil en las sociedades
democráticas, es ubicar su papel de constructor de lo público, por lo que su
participación no se debe limitar a los procesos políticos electorales, en
virtud de que toda muestra de manifestación social se encuentra enmarcada en el
catálogo de derechos inherentes y de las garantías constitucionales.
El gobierno
del Estado de Oaxaca y las organizaciones de la sociedad civil, deben cumplir
con su función social que es de carácter
colectivo, por lo que el uso desmedido sin apego a los protocolos de actuación
de la fuerza pública sin garantizar los derechos humanos en las manifestaciones
pacíficas, debe ser reprobado por todos, más cuando estas expresiones legitimas
de la sociedad son críticas al poder público y demandas por derechos
constitucionales insatisfechos.
En un régimen
democrático deben existir canales abiertos para manifestar y expresar el
disenso, precisamente en eso estriba el derecho a la asociación y a la libre
manifestación de las ideas, en un ejercicio colectivo de la libertad de
expresión. Bajo este régimen en el que la dimensión y complejidad de los
problemas cada vez deriva en mayores implicaciones económicas, políticas y
jurídicas, ninguno de los sectores –estado, mercado y sociedad civil- pueden
trabajar aislados.
La acción pública implica la
asociación y la colaboración entre sectores, es el fundamento de la nueva
gobernabilidad, en la que está explicita la coparticipación, traducida en
acciones transversales e interinstitucionales entre los órdenes de gobierno y
demás actores.
Mi conclusión es que no habrá
desarrollo sin un Estado eficiente y sin un mercado vigoroso, está condición sólo
podrá darse con una sociedad civil fuerte, pero no la habrá sin ciudadanía,
lamentablemente esta condición está lejos de darse en un estado con altos
índices de pobreza, exclusión socioeconómica y migración, en el que el común
denominador es la incapacidad institucional para dar respuesta a las
necesidades sociales.
Hago votos para que en Oaxaca el
ejercicio de las libertades constitucionales, se ejerzan con responsabilidad, libertad,
autonomía y sin represiones, este es el momento para que nosotros los jóvenes
participemos activamente en la vida democrática del país, revigoricemos la
lucha por un mejor presente y un futuro más próspero, en el que la justicia, la
equidad y la participación sean valores ejercidos por todos.
Twitter:@jairogarzonm
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