Jairo Garzón Montaño
De acuerdo con información oficial, la trombosis es la formación de un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo, una vez formado, puede bloquear el torrente sanguíneo normal e incluso desprenderse y trasladarse hacia un órgano, vulnerando así la salud y poniendo en peligro la integridad física e incluso la vida misma.
Para dimensionar el impacto de esta enfermedad en los mexicanos, basta indicar que los coágulos son responsables de las tres primeras causas de muerte cardiovascular, entre ellas se encuentra el infarto del corazón, accidente cerebrovascular y la tromboembolia venosa.
Según informes de la Secretaría de Salud, la incidencia anual en nuestro país por esta enfermedad, es de entre 400 mil y 500 mil casos, además se estima que pierden la vida 120 mil personas por estos achaques al corazón. A pesar de estas cifras y lo letal que pudiera parecer, dicho padecimiento es prevenible si se detecta y atiende de manera oportuna, de ahí la importancia de contar con médicos capacitados, infraestructura hospitalaria adecuada y medicamentos suficientes.
Es importante mencionar que entre los principales factores de riesgo para desarrollar trombosis se encuentra la hipertensión, el tabaquismo, el sedentarismo, el sobrepeso y la diabetes, por ello la Organización Mundial de la Salud ha establecido entre uno de sus objetivos fundamentales, reducir la mortalidad por enfermedades no transmisibles en un 25 por ciento para el año 2025.
Estoy convencido de que la protección de la salud constituye un derecho fundamental de la población, el cual es indispensable para su desarrollo pleno e integral, así como para el acceso a otros derechos formalmente reconocidos. Así lo establece el artículo cuarto de nuestra Constitución Política, los tratados internacionales y demás instrumentos regionales de coparticipación en la materia.
Por tal situación, es necesario crear conciencia y generar acciones de política pública orientadas a reducir los graves efectos producidos por la trombosis en nuestro país. Esta lucha implica cambiar nuestros hábitos alimenticios, hacer ejercicio periódicamente y asistir al médico para dar especial seguimiento a nuestros niveles de azúcar.
Por su parte, las áreas de salud deben fortalecer sus estrategias para informar sobre sus riesgos, síntomas y cuidados. El objetivo deber uno y tiene que ser compartido: construir estadios en el que se garantice el pleno respeto y ejercicio de los derechos humanos, entre ellos, uno de los más importantes sin duda es el del cuidado de la Salud.
La Trombosis y el Sistema de Salud
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