martes, 24 de mayo de 2016

Los Oaxaqueños merecemos menos CNTE y más educación

 


Oaxaca ha sido por años una de las entidades con mayor rezago educativo, con los peores índices de desempeño magisterial en el país, y uno de los estados con las tasas más altas de analfabetismo. Lejos de ser buenos resultados, dejan de manifiesto áreas de oportunidad para transitar hacia una educación de calidad, donde la prioridad sea la formación integral de las y los niños del sistema educativo estatal.


Desde hace meses, dejó de asombrarnos que nuestro estado no cumplió con su obligación de armonizar la legislación con los contenidos de las leyes generales de la Reforma Constitucional en materia Educativa o que prevalecen en menor medida prácticas de chantaje como los paros indefinidos de labores o marchas sin sentido alguno, acudiendo incluso a instancias federales como la Secretaría de Gobernación que pocas facultades tiene para cumplir con el pleno petitorio del actual movimiento.


Este panorama, lo único que deja claro, es que los líderes de la Sección 22 siguen utilizando a la educación como bandera para propiciar el conflicto, se mantienen empecinados en utilizar un derecho constitucional de la más alta relevancia para no cumplir con sus obligaciones laborales e insisten en regresar a un pasado lleno de privilegios, con potestades sobre padres de familia, directivos y estudiantes.


Lamentablemente, el “nuevo” Instituto encargado de la educación, se ha convertido en un Ministerio Público, en el que quieren tratar esta problemática como una de seguridad pública y no como una arista medular para la enseñanza pública. Están equivocados al no asumir a los maestros como factor de gobernabilidad, como un vínculo cultural con las comunidades pluriétnicas de las regiones y como interlocutores respetables con los grupos originarios herederos de conocimientos ancestrales.


Los Oaxaqueños ya no queremos retroceder ante falsas promesas de cambio, ya no creemos que los paros sean el canal idóneo para mejorar en los índices educativos, lo que deseamos es que nuestras niñas y niños reciban una educación de calidad, integral y vanguardista.


Los jóvenes ya no queremos emigrar a otras entidades para recibir la educación que en nuestro estado podemos tener; los padres de familia ya están cansados de que cada año el magisterio incumpla con los planes educativos, las planeaciones de las materias y los días del calendario escolar.


Por tanto, exigimos al Gobierno Federal, Estatal y a sus instituciones, que hagan cumplir la ley, que sancionen conforme al Estado de Derecho a los malos profesores y que desdeñen de los falsos mesías una de las riquezas más valoradas del ser humano como es la educación los ciudadanos del futuro y presente de nuestra entidad.


Hagamos una gran cruzada para trabajar por una mejor educación. En verdad anhelo que en un corto tiempo, las manifestaciones se organicen para de festejar que hemos dejado los últimos lugares de aprovechamiento y que en Oaxaca, como en los demás estados de la República, podemos utilizar las nuevas herramientas de comunicación en el aprendizaje para acceder a través del internet a los conocimientos más actuales, es decir, que tenemos garantía de la accesibilidad al sistema educativo.


Añoro el momento en que no permitamos que nuestro derecho a las letras sea secuestrado por intereses particulares de grupo, sueño con que dejemos el penúltimo lugar de escolaridad a nivel nacional, ambiciono el momento en que sepamos cuantos docentes están adscritos a la nómina estatal, con cuantos espacios educativos contamos y cuáles son sus condiciones.


Merecemos profesores capacitados y actualizados en las nuevas tendencias de las prácticas docentes, que vean en la evaluación un mecanismo de superación y sana retroalimentación y no un método de sanción y degradación de sus derechos.


El magisterio Oaxaqueño cuenta con las capacidades para enaltecer nuestra historia y darle a México, más Presidentes de la República, más investigadores, otros poetas y soñadores con la visión siempre presente de que podemos aspirar a mejores estadios, con más prosperidad, crecimiento económico y desarrollo social. Un nuevo Oaxaca es posible, otro magisterio es necesario, otra educación es imprescindible.



Los Oaxaqueños merecemos menos CNTE y más educación

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