El Derecho a la Ciudad y la Necesidad de una Revolución Urbana
Las ciudades cuentan con un enorme potencial de desarrollo humano que promueven el intercambio y encuentro con la diversidad económica, social, ambiental y política. Generalmente estos espacios, concentran las actividades de producción, servicio y distribución, lo cual, también se traduce en grandes desafíos y problemas a la convivencia social.
Conozco la realidad de distintas ciudades el país y sin temor a equivocarme, les aseguro que están lejos de ofrecer y garantizar condiciones y oportunidades equitativas para sus habitantes. En la mayoría de ellas, persisten y proliferan problemas comunes como el desabasto de agua potable; altos índices de delincuencia y crimen organizado; poca planeación urbana; numerosos casos de corrupción; una profunda desigualdad socioeconómica; falta de mecanismos institucionales para el acceso a viviendas dignas y mala disposición de los servicios públicos.
Desde luego que existen urbes en las que estas problemáticas se acentúan, por ejemplo en la Ciudad de México, se pierden 3.3 millones de horas-hombre al día por problemas de congestión vehicular; los costos negativos por el uso del automóvil superan los 121 mil 939 millones de pesos al año, que en promedio representan 4% del Producto Interno Bruto de la Capital del País. Por si esto no fuera suficiente, de los 23 millones de automóviles particulares que circulan en el país, el 72% se encuentra en las zonas metropolitanas; el parque vehicular incrementará a una tasa anual del 6.6% para alcanzar 62.9 millones de unidades en 2026 y 70 millones de unidades para el 2030.
Cambiar esta tendencia de construir ciudades para automóviles y transformarlas en ciudades para los seres humanos, implica otro tipo de movilidad como es la peatonal o la de bicicletas, en este sentido, el aspecto más difícil de cambiar se relaciona con la cultura del uso del automóvil como símbolo de estatus social y económico que sólo nos ha orillado a desnaturalizar la esencia de las ciudades como espacios de convivencia y pleno desarrollo.
Otras ciudades como Puebla de Zaragoza, presentan graves dificultades para acceder al agua potable de calidad. Morelia en el estado de Michoacán, presenta altos índices de inseguridad y Oaxaca de Juárez, tiene dificultades con el acceso a la justicia ambiental y territorial, ya que las alternativas para la disposición, almacenamiento, recolección, tratamiento y disposición final de los residuos sólidos, no están dando los resultados esperados.
Bajo esta tesitura, el Derecho a la Ciudad implica la construcción y desarrollo de un modelo sustentable y vida urbana, basados en los principios de solidaridad, libertad, equidad, dignidad y justicia social, que promuevan el respeto a las diferentes culturas urbanas y el equilibrio entre lo urbano y lo rural. De esta manera, estoy seguro que contribuiremos a la construcción de ciudades incluyentes, habitables, sustentables y disfrutables.
No hay mejor momento, que este, para recuperar el control de las ciudades como espacios de vida digna para las personas, para ello, gobierno y sociedad debemos impulsar procesos de organización social para el fortalecimiento del tejido social y construcción de ciudadanía responsable y activa en la transformación y construcción de lo público, -lo que es de todos-.
Estoy convencido de que la participación social, cívica y comunitaria, es uno de los principales instrumentos para construir comunidades más cohesionadas, seguras ordenadas, bien planeadas, sustentables, incluyentes, productivas, competitivas y con capital social.
Mi tesis es que el Derecho a la Ciudad, no implica solamente la construcción de condiciones para que todos podamos acceder a los servicios, bienes y oportunidades existentes en la ciudad, sin discriminación y exclusión, sino que también perfila la ciudad que deseamos y queremos construir para las futuras generaciones, por ello, participemos, hagamos nuestra la ciudad, tomemos las calles y dignifiquemos la política… porque los sueños no sólo son sueños, son realidades esperando ocurrir.
El Derecho a la Ciudad y la Necesidad de una Revolución Urbana
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