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martes, 30 de diciembre de 2014

Por Nuestra Infancia, Ni un Paso Atrás

Jairo Garzón Montaño
Opinión

El trabajo infantil sigue siendo una realidad en nuestro país y una clara violación a los derechos de nuestras niñas, niños y adolescentes, lamentablemente, estas actividades ponen en riesgo su salud, desarrollo físico y mental, debido a que se tratan de jornadas de trabajo extensas, insalubres, antihigiénicas, sin seguridad laboral y social. Sólo como ejemplo tenemos a los miles de infantes que trabajan diariamente en los cruceros como limpiaparabrisas, payasos y vendedores de chicles.


Según datos oficiales, en México más de 3.6 millones de infantes trabajan, en nuestro estado de Oaxaca lo hacen más de 191 mil 461, 80 mil 462 no van la escuela y más de 55 mil 531 tienen jornadas superiores a las 25 horas semanales, es decir, muchos de ellos, trabajan y no estudian, lo cual constituye una acción en contra de nuestro marco jurídico.

Para dimensionar la problemática, hay que enfatizar en que estas actividades radican en la ilegalidad y evidencian las brechas sociales existentes entre la población, es decir, existe una relación desigual de crecimiento entre el desarrollo, trabajo y condiciones de vida digna. Del mismo modo, dejan clara la falta de eficacia de las políticas públicas de los diferentes ordenes de gobierno, por lo que su ineficiencia en su implementación imposibilita el acceso a mejores condiciones de vida y a un crecimiento adecuado de los infantes.

Debe quedar claro que el que la infancia reproduzca roles económicos de proveedores en sus hogares en relaciones laborales de clara desventaja y subordinación absoluta, es síntoma de la perdida de cohesión entre la sociedad y deterioro del tejido social, en síntesis son roles que no deben asumir y papeles que deben ser asumidos por sus padres o tutores, ya que van en detrimento de su optimo desarrollo.

Por lo anterior celebro que el Congreso de la Unión, debatiera y enriqueciera una iniciativa en este sentido enviada por el Ejecutivo Nacional en carácter de iniciativa preferente, para que se dote de más herramientas jurídicas a las autoridades, programas, proyectos y políticas para que así, gobierno y sociedad, trabajemos juntos por un mejor presente y futuro de nuestra infancia.

Estoy convencido que para transformar esta realidad, apremia primero aceptarla y enriquecer las estadísticas existentes, asimismo, proponer soluciones innovadoras que rompan las cadenas del trabajo infantil para así erradicar el trabajo doméstico y la explotación sexual. Un futuro sin trabajo infantil es posible, como sociedad estamos obligados a garantizarles un ambiente sano para su crecimiento y desarrollo, con alimentación, seguridad y educación de calidad.

El Gobierno –Federal, estatal y municipal- debe promover planes permanentes de integración y protección social, robustecer sus acciones de respuesta focalizadas por edad, asimismo redoblar sus políticas de prohibición al trabajo infantil y establecer sanciones ejemplares a quienes exploten a nuestros niños en cualquier modalidad. Estos esfuerzos deben ser acompañados de esquemas de acceso a educación y del fortalecimiento de los mecanismos legales para la protección y defensa de los derechos de las niñas, niños y adolescentes de México.

No les neguemos su infancia a los niños de México, por el contrario, hagamos lo necesario todos los días para garantizarles un mejor país, uno prospero, donde la igualdad sea una realidad y no una aspiración, en el que sean felices y estén orgullosos de ser Mexicanos.

Twitter:@jairogarzonm

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