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martes, 9 de junio de 2015

“Virtudes y deficiencias de la jornada electoral”


Salvador López Santiago
Opinión
El 7 de junio de 2015, en nuestro país se celebró la parte más visible del proceso electoral (no la única), –el día de la jornada electoral-, la cual tuvo como particularidad ser la primera a cargo del Instituto Nacional Electoral (INE). Al respecto, es oportuno hacer un balance de las virtudes y deficiencias observadas en esta jornada, anticipando que lo más valioso fue la participación ciudadana y lo más lamentable fue la conducción de gran parte de los institutos políticos. 


En relación al primer aspecto, sobresale que a pesar de los incidentes presentados en Guerrero y Oaxaca, se instaló el 99.84% de las casi 150 mil casillas programadas en el territorio nacional, donde 743 mil 241 personas participaron como funcionarios de mesa directiva de casilla, quienes fueron capacitados por más de 5 mil 601 supervisores y 33 mil capacitadores asistentes electorales, además de que 12 mil 519 ciudadanos fungieron como observadores electorales.

Aunado a lo anterior, se instalaron los 300 Consejos Distritales y los 32 Consejos Locales en donde se dio atención y registró a los incidentes presentados durante la jornada. Asimismo, en cada uno de las Juntas Distritales, se llevó a cabo el Conteo Rápido y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), mecanismos que brindan certeza sobre el sentido del sufragio universal. 

Por lo que respecta a las deficiencias observadas el día de la jornada electoral, la más preocupante es que un alto porcentaje de militantes y colaboradores de los institutos políticos buscó incumplir la norma, sacar ventaja de ésta y desacreditar el trabajo del Instituto Nacional Electoral e incluso el compromiso cívico de los funcionarios de mesa directiva de casilla (ciudadanos que cumplieron con un deber cívico y que tienen como ocupación central una distinta a la electoral), en contra de quienes ejercieron presiones constantes y sin fundamento.

Asimismo, es preocupante que como había ocurrido con su antecesor, al INE se le adjudicaron atribuciones de todo tipo, desde aquellas inherentes a omisiones o desatenciones de los partidos, hasta cuestiones relativas a la seguridad pública y persecución de delitos. Peor aún, es que algunos gobiernos estatales y municipales no garantizaron las condiciones mínimas para que los ciudadanos emitieran su voto, y también están aquellas personas que se limitan a desprestigiar (con total desinformación y mala intención), el Sistema Nacional de Elecciones y el sistema político mexicano, y que el día de la jornada simplemente no participan.

Estas consideraciones demuestran que para consolidar la democracia nacional, no basta una simple cuestión normativa sino que los grandes cambios deben iniciar desde nosotros mismos al conducirnos con respeto, legalidad y honestidad.

Si bien cierto, el Instituto Nacional Electoral y toda la reforma política de 2014, es susceptible de fortalecerse y perfeccionarse, también lo es que el triunfo de candidatos independientes como Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón -“EL Bronco”- nuevo gobernador del estado de Nuevo León; y que incluso con la más grande crisis de legitimidad del Estado mexicano, se haya alcanzado casi el 50% de participación ciudadana, deja de manifiesto que los mexicanos que participamos en la jornada cumplimos y que el INE, superó la denominada prueba del ácido.
Twitter: @sls1103.

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