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viernes, 30 de junio de 2017

UNA VIDA EN SOLEDAD

Antes de llegar al grupo, tuve una vida muy solitaria, en la escuela me sentí muy solo ya que no pude convivir con los demás. Siempre me sentaba en un rincón, con miedo a hablarle a mis demás compañeros y en las actividades que realizábamos en el salón de clase, siempre estuve muy apartado.


Durante mi adolescencia la convivencia con los demás empeoró, hablarles a las muchachas de mi edad fue un verdadero problema. Quise tener una novia pero el miedo que sentía me alejaba de ellas a pesar de que en varias ocasiones me invitaron a la disco, en mi caso preferí quedarme encerrado en casa ya que ni con mis vecinos me llevaba.


Tiempo después y todavía se me hace increíble cómo fue ¡por fin tuve novia! Pero a pesar de tener su compañía me sentí solo, no pude ser feliz con ella.


Pensé que mi vida cambiaria estudiando el bachillerato en donde no solo conocí amigos y amigas aparte del apoyo de mis maestros, pero nada de eso me hacía sentir bien, tuve crisis de desesperación y no podía concentrarme en los estudios por lo que termine saliéndome sin acabar el bachillerato.


Más adelante me enfermé de colitis y eso me causo muchos malestares, pensando en que me haría bien acudí con la psicóloga de la escuela y no pudo ayudarme, porque no fui sincero con ella para hablarle abiertamente de mis problemas, que yo vivía. No le pude comentar que no me gustaba que mi papá tomara, menos que no me gustaba el color de mi piel por lo que me despreciaba a mí mismo y siempre me sentía inseguro para todo lo que emprendía.


Sin sentir alivio seguí acudiendo con los doctores por mis problemas digestivos y siempre terminaban diciéndome que yo no tenía nada y que más bien era por mi forma de vivir y reaccionar ante la vida.


Fue hasta que un conocido me hablo acerca del “Movimiento Buena Voluntad 24 hrs de Neuróticos Anónimos” y me di la oportunidad de asistir y ver si me podían ayudar en lo estaba sintiendo; me di cuenta que no era el único que se sentía así y al poco tiempo mi colitis y otros síntomas que tuve desaparecieron.


Esa terrible soledad que padecí disminuyo mucho, porque el día de hoy he podido disfrutar de la compañía de los demás y sobre todo conocer a gente que como yo padece esta enfermedad. También me atrevo a decir que por hoy gracias a la terapia que brinda la agrupación llevo una vida mejor.



UNA VIDA EN SOLEDAD

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