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viernes, 5 de febrero de 2016

“Trabajo infantil, una realidad que debemos revertir ”

Salvador López Santiago


Estoy convencido de que las niñas y los niños únicamente deberían preocuparse por asistir a la escuela, aprender y jugar. Si bien es cierto que realizar labores en el hogar e incluso en negocios familiares, contribuye a la formación de valores como la responsabilidad, disciplina, trabajo en equipo y solidaridad, también lo es, que dichas actividades no deben constituirse como trabajo infantil.


Para dimensionar la trascendencia del asunto, basta referir que el trabajo infantil es aquella actividad económica llevada a cabo por menores de 15 años de edad, que inhibe su potencial y dignidad, en perjuicio de su pleno desarrollo. No podemos ser indiferentes ante casos de esta naturaleza en virtud de que en múltiples ocasiones, además de amenazar su salud, integridad y seguridad, en escenarios extremos, también puede poner en peligro su vida.


Existe un consenso generalizado de que la erradicación de este fenómeno, es un asunto de suma importancia. Al respecto, cabe destacar que en atención al principio del interés superior de la niñez, consagrado en el artículo 4º constitucional, el Estado mexicano tiene la obligación de garantizar a los menores el goce y ejercicio de sus derechos básicos, entre los que destacan el acceso a la alimentación, salud, educación, vestido, vivienda, respeto, identidad y nacionalidad.


Aunque son incuestionables los avances que hemos alcanzado en esta materia, sigue siendo un asunto pendiente y nocivo que sigue afectando a la población de nuestro país. No se trata de un fenómeno exclusivo de determinadas entidades federativas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México más de 276 mil niños están trabajando en lugar de estar estudiando y hay alrededor de 2 millones 120 mil niños no asisten a la escuela, situación que debe ser erradicada.


Por si esto no fuera suficiente, casi 61 mil niños no tienen ningún grado de instrucción escolar y alrededor de 784 mil tienen la necesidad de aportar ingresos para el sostenimiento de su hogar. Además, el Módulo de Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 773 mil 300 niñas, niños y adolescentes entre 5 y 17 años se encontraban trabajando en el sector agropecuario en 2013, lo que representa el 30% del total de niños en ese rango de edad que trabajan en el país.


Ante este panorama, no podemos omitir que el trabajo infantil es producto de diversas causas sociales, entre las que destacan la pobreza, la discriminación y la intolerancia; así como las deficiencias en los sistemas educativos, la debilidad de los sistemas de protección social y la disparidad en el desarrollo económico. Lo anterior, deja de manifiesto que todos formamos parte de la solución: comencemos desde nuestros hogares.


Es fundamental que iniciativa pública, privada y social, concentremos esfuerzos para que nuestra infancia tenga la oportunidad de acceder a una mejor calidad de vida y mejor porvenir. Estoy convencido de que el camino hacia la completa erradicación del trabajo infantil es largo y complejo pero tengo la absoluta certeza de que vale la pena luchar porque en México tengamos una niñez que crezca feliz, sana y de manera plena.


Twitter: @sls1103



“Trabajo infantil, una realidad que debemos revertir ”

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