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martes, 16 de junio de 2015

Las Lecciones de las Elecciones del 7 de junio


Jairo Garzón Montaño
Opinión

La jornada electoral del pasado 7 de junio, nos dejó varias enseñanzas que debemos tomar en cuenta para revitalizar nuestro sistema de partidos, organización electoral y sistema político electoral. Ese día muchos ciudadanos, expresamos no sólo nuestras preferencias políticas, sino también nuestra profunda convicción por vivir en un marco de institucionalidad democrática, basado en instituciones fuertes, imparciales y objetivas.



Una vez más, los oaxaqueños vencimos en las urnas a los violentos e intolerantes y estuvimos por encima del abstencionismo, sin embargo, el proceso electoral presentó muchos vicios e inconsistencias como recursos públicos utilizados con fines electorales, dinero privado superior al autorizado por la ley, programas sociales a disposición de la candidaturas, inducción al voto y propaganda disfrazada en medios electrónicos.


Ante estos hechos, es obligado reflexionar sobre lo acontecido, ser autocríticos y asumir compromisos para fortalecer a nuestras instituciones partidistas, robustecer nuestras leyes generales y secundarias e implementar diversas acciones para sancionar a los responsables, inhibir estas acciones y prevenir estas conductas en futuras elecciones, en síntesis, blindar nuestro sistema político y hacer ciudadanía.

Fue grato que las candidaturas independientes marcaran un cambio político en nuestro estado y es que no tengo duda de que reflejan el hartazgo de la ciudadanía hacia los partidos políticos y dejan de manifiesto las limitaciones de la reciente reforma aprobada en materia político-electoral. Fue grato conocer que el uso intensivo y extensivo de los medios electrónicos, las nuevas tecnologías y las Tecnologías de la información y la comunicación posicionaron a los candidatos y en algunos casos hicieron la diferencia.


Por otro lado, estoy convencido de que la ciudadanía oaxaqueña optó por la pluralidad y fragmentó su voto, es decir, eligió la alternancia y castigó la ineficiencia e indiferencia del gobierno estatal, marcado por la politización de la educación, falta de acceso a la salud, deficientes servicios públicos y nulos proyectos de transcendencia estatal que propicien el crecimiento económico y el desarrollo social de la entidad.


No creo que nuestro sistema de partidos esté agotado; pero sí es evidente que hay desafíos que debemos atender, como la democratización interna de los partidos políticos, hacer realidad la paridad de género en los puestos directivos de los institutos políticos y de elección popular, asimismo, garantizar que nuestros representantes representen y atiendan las necesidades de sus representados.


Estoy seguro de que una vez terminado el proceso electoral, será momento del diálogo político y superar diferencias para buscar coincidencias entre los partidos políticos y la ciudadanía. Hago votos para que las diferencies electorales producto de la jornada electoral del pasado 7 de junio, sean resueltas de manera pacífica y bajo los procedimientos que establece nuestro marco jurídico. Los Oaxaqueños rechazamos categóricamente el uso de la violencia, el terrorismo electoral y cualquier intento de imposición antidemocrática.


Hay que trabajar intensamente, para dotar de más facultades a las instituciones encargadas de prestar los servicios públicos, acrecentar las atribuciones de las encargadas de la impartición de justicia y dotar de una mayor autonomía de gestión y ejecución presupuestaria para que los municipios tengan mayor margen de acción y así tengan mayores posibilidades de instrumentar programas y obras de gran impacto social para beneficio de todos los oaxaqueños.

Invito a los candidatos electos, para que hagan del diálogo, el debate y la construcción de acuerdos sus herramientas de trabajo para continuar transitando hacia un estado justo, equitativo y con oportunidades para todos. Como gente de bien, lo merecemos.

Twitter:@jairogarzonm

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