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lunes, 29 de junio de 2015

Hace cimbrar “Himno Mixteco” el Auditorio Municipal



Hugo Pacheco

Caía la noche sobre el Auditorio Municipal de la colonia “La Merced”. Adentro, cerca de 200 jóvenes músicos, provenientes de cinco escuelas secundarias de la región se unían para revivir el recuerdo de José López Alavés, guarecido en la mítica e inolvidable “Canción Mixteca”.


Con el ímpetu en la mirada y la destreza en las manos apenas adolescentes, hicieron cimbrar la estructura del recinto y el corazón de los cientos de espectadores que presenciaron no sólo un acto musical, sino la comunión de la esencia misma de ser mixtecos.

Los jóvenes, provenientes de Chazumba, Tlaxiaco y Huajuapan, que se veían las caras por vez primera, decidieron unirse en un solo ritmo y sentimiento, en una sola melodía melancólica que se derramó en los oídos del público y que traspasó las paredes del Auditorio hasta fundirse con aquella tarde del sábado 27 de junio, para conmemorar el centenario del así nombrado “Himno Mixteco”.

Las diferencias y la competencia entre escuelas quedó olvidada. La inmensa nostalgia del pensamiento, que dicta en un verso la Canción Mixteca, unió a los jóvenes y a los directores de orquesta para hacer historia y demostrar que sólo con la unión y el arte es que una cultura puede traspasar las barreras del olvido.

Las secundarias que representaron a Huajuapan fueron la secundaria “Jaime Torres Bodet” y “Benito Juárez”, mismas que compartieron escenario con jóvenes de las escuelas “Leyes de Reforma” y “Siglo XXI”, originarias de Tlaxiaco, y la secundaria “Heriberto Jara Corona”, de Santiago Chazumba.

Estas cinco instituciones fueron quienes le dieron vida al 1er Ensamble de Bandas de Bandas de Música de Escuelas Secundarias de la Región Mixteca, quienes previamente demostraron su talento individual durante el inicio del evento, interpretando un repertorio totalmente abierto, ya que según Humberto Herrera Ortiz, director de la orquesta “Leyes de Reforma”, “la música no conoce barreras ideológicas, la música es una sola y su belleza también radica en que fomenta la libertad”.

Y digno ejemplo de ello fue la banda proveniente de Chazumba, que a pesar del escaso apoyo que recibió por parte del gobierno local, a pesar de que la gran mayoría de instrumentos fueron comprados por los padres de familia y de que realizaron el viaje con recursos mínimos, fueron los más ovacionados de la noche.

El repertorio de esta agrupación incluyó piezas internacionales y regionales, ejecutadas con una destreza sorprendente que provocó los aplausos vigorosos del público y le adjudicó a su director, Rubén Martínez Hernández, una reputación no sólo de buen educador, sino de hombre dedicado al arte musical que ha tenido la pasión de transmitirle a sus alumnos el encanto de la música.

Al unirse, las bandas cubrieron todo el escenario, bañándolo de melodías y acordes con la esencia mixteca del maestro López Alavés. Aquello era una fiesta entre la delicadeza de las flautas, el eco robusto de los trombones y la rítmica cadencia de las percusiones.


Piezas como “Flor de naranjo”, “Juanita” o el danzón “El Mixteco”, revivieron el legado del gran compositor huajuapeño, que un día puso en alto el nombre de esta heroica ciudad y que hoy la juventud, unida y en comunión con el arte musical, ha logrado revivir por siempre un himno cuya vejez sólo le impregna mayor belleza a nuestras raíces. 


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