Jairo Garzón Montaño
Opinión
Es indiscutible que la lectura promueve un incremento
en el desarrollo de las operaciones mentales de los individuos, es decir, el
leer fortalece la capacidad de reflexión, análisis, comparación, clasificación
y discernimiento. Toda lectura, amplía las habilidades cognitivas en la
resolución de conflictos, el razonamiento, la toma de decisiones y el
procesamiento de un lenguaje más detallado, preciso y coherente.
Los textos poseen el potencial de generar una conexión
emocional si el lector se permite identificarse o generar lazos con los eventos
descritos en la historia de los personajes, dicho potencial emocional puede ser
útil si de él emanan aprendizajes y nuevas motivaciones, desde este punto de
vista, la lectura posee un alcance de transformación social.
La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos, señala que la lectura es también
vinculada a una estrecha relación con la posibilidad
de aprender y adquirir conocimiento, las cuales son determinantes en la prosperidad de los pueblos ya que permite la participación social activa, el
desarrollo personal y económico.
En este contexto, en nuestro país la
Encuesta Nacional de Lectura es un medio útil para tener un referente de la
cultura de la lectura en México y constituye un medio útil para la formulación
de políticas públicas y programas gubernamentales en la materia. Dicha encuesta cuenta
para su elaboración con la colaboración del
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,
el Área de Investigación Aplicada y Opinión del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México, la Secretaría de Educación Pública y el Centro
Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe.
En este mecanismo, además de exponerse datos todos interesantes acerca de los patrones de lectura de los
mexicanos que varían según la edad, escolaridad, nivel socioeconómico y
el tipo de localidad en la que se vive; se menciona que en nuestro país el
promedio de libros leídos en el año es de 2.9, con cifras superiores para los
jóvenes de 18 a 22 años, los mexicanos con educación universitaria y los de
niveles socioeconómicos medio alto y alto, por lo que se puede inferir que la lectura está más asociada a la juventud y
a la oportunidad de recursos económicos. Por otro lado, cabe mencionar que ver
la televisión, hacer uso de internet, descansar
y reunirse con amigos o familiares son de las acciones preferidas por los
mexicanos en tiempo libre antes que leer.
Considerando que México es un país de pocos lectores y que cada mexicano
lee en promedio 2.9 libros , la Ley para el Fomento de la Lectura y el Libro y
la creación del Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura son
útiles para reducir la problemática al fomentar la difusión y la promoción de
la lectura, pretendiendo facilitar el acceso equitativo y la disponibilidad del
material; sin embargo, se requiere más allá de una cobertura amplia y de la promoción
de los libros en nuestro país, se requiere de una lectura que contribuya a generar personas críticas de su realidad y
capaces de transformar su contexto en pro de una sociedad más democrática.
No tengo duda, sí leemos más, tendremos más posibilidades de transformar
nuestra realidad y convertir a nuestro país en uno más justo y equitativo, por
ello, gobierno y sociedad debemos hacer todo lo necesario para ser una sociedad
informada, lectora y consiente del momento en el que vivimos, para hacer de los
libros nuestros mejores aliados, es decir, nuestros mejores amigos. Los oaxaqueños y mexicanos lo merecemos.
Twitter:@jairogarzonm
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