Jairo Garzón Montaño
Opinión
El
objetivo compartido en este proceso electoral, debe ser implementar distintas
acciones desde nuestras trincheras para hacer del estado de Oaxaca uno en paz y
tranquilidad, con orden, crecimiento y desarrollo, basado en una sociedad de
oportunidades para todos, esta transformación debe comenzar desde las escuelas
como formadoras de ciudadanía, colaboración y transformación.
Estoy convencido de que los cambios son posibles si existe
la voluntad de participar y que el primer paso para ello, es hacer de las escuelas
espacios de su promoción, aprovechamiento la experiencia de los consejos escolares
como instancias de intervención social en la educación, asimismo, de consulta,
orientación, colaboración, apoyo e información, con el objetivo de contribuir
en actividades tendientes a fortalecer, ampliar la cobertura, elevar la calidad
y la equidad en escuelas públicas y
privadas.
La participación social en la educación en México se
remonta a la Ley General de Educación de 1993 que estableció disposiciones
respecto a la participación de padres de familia y sociedad civil interesada en aportar
conocimientos e ideas para el beneficio educativo en los consejos de
participación social en la educación; además, con la intención de generar
optimas acciones políticas y programas en el sistema educativo, la ley promovió
la creación de un consejo nacional de participación social en la educación,
consejos estatales, municipales y escolares.
El
valor de los consejos estriba en que éstos se integran por padres de familia,
maestros, alumnos, trabajadores, directivos y exalumnos, además por miembros de
la comunidad interesados en el desarrollo de la escuela. De acuerdo con autores
como Bonifacio Barba, la participación social representa un movimiento que va
del ciudadano hacia la administración pública, es decir, de la gente hacia el
funcionario y de la comunidad hacia la autoridad; sin duda, la participación
organizada en los consejos escolares constituye un mecanismo para impulsar no
solamente la calidad educativa en la búsqueda por transformar el servicio y el
quehacer de los actores en las escuelas para el beneficio colectivo; sino
también, pueden ser aprovechados para crear y exigir una comunicación entre
sociedad y gobierno, influir en el desarrollo de propuestas y normas políticas
que contribuyan en la construcción democrática del país.
Con
esta sana retroalimentación entre candidatos, autoridades y ciudadanía, estoy
seguro que acordaremos acciones encaminadas a consolidar la paz, combatir
frontalmente la corrupción e impulsar el crecimiento económico de manera
conjunta, con la diferencia de ser planes compartidos, consensuados y
legitimados. Debemos hacer de las escuelas espacios en donde sea posible la
construcción de la transformación social para la justicia, equidad y democracia.
Anhelo
un estado prospero, con representantes que estuchen y estén cercanos a la gente,
producto de un cambio de fondo donde la transparencia, el acceso a la
información gubernamental y la rendición de cuentas, sean elementos
indispensables para recuperar la confianza ciudadana. Los invito en verdad a
participar en el proceso electoral, ejerciendo su voto, estando atentos a cada
una de sus etapas, coadyuvando de forma activa, ya sea como observadores
electorales, funcionarios de casilla, supervisores y capacitadores electorales.
La
historia de la humanidad evidencia que las grandes trasformaciones sociales,
económicas y políticas, inician por y desde los espacios educativos, hago votos
para que esta propuesta haga eco en las autoridades estatales y generemos mayores
oportunidades para las mujeres, jóvenes y adultos mayores; esta es la hora y el
momento para que Oaxaca sea una Historia de Éxito, participemos todos.
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