Salvador López
Santiago
Opinión
El
10 de diciembre se conmemora el Día Mundial de los Derechos Humanos, el cual
fue instituido por la Organización de las Naciones Unidas y que por su
naturaleza representa una fecha emblemática para la comunidad internacional. A
propósito de esta importante fecha, considero oportuno hacer una reflexión
acerca del panorama que se observa en nuestro país.
Bajo
este contexto, es lamentable que si bien los derechos humanos en México se
encuentran plasmados en la carta magna y en el derecho internacional a través
de tratados, convenios y acuerdos internacionales, su violación y vulneración siguen
siendo una constante, prueba de ello son la intolerancia, la discriminación y la
falta de transparencia que prevalecen dentro de nuestra sociedad.
En
consecuencia, es una realidad que miles de mexicanos que forman parte de grupos
vulnerables como son las mujeres, jóvenes, adultos mayores, población de los
pueblos originarios, personas con discapacidad y migrantes, siguen padeciendo afectaciones
y graves daños que trasgreden su dignidad, bienestar, integridad y, en el peor
de los escenarios, su vida.
En
este sentido, me parece que uno de los principales retos que tenemos como país estriba
en superar las desigualdades históricas que hay entre hombres y mujeres, en
virtud de que éstas derivan en marginación en el acceso a la salud, a la
educación, a la cultura, al mercado laboral, a una vida digna e incluso a los
cargos de elección popular. En el mismo orden de ideas, no podemos seguir
consintiendo que miles de mujeres continúen siendo víctimas de algún tipo de
violencia -física, emocional o económica, centros escolares o escuelas-.
Como
vemos son claras las deficiencias en que nos encontramos inmersos como país,
sin embargo, como ya lo hemos advertido es menester señalar que no todo es malo
pues al mirar en retrospectiva la incursión y evolución de los derechos humanos
son evidentes los grandes avances y éstos dejan vislumbrar un panorama
alentador en la materia.
Para
que el respeto de los derechos humanos sean una realidad, entre otras
cuestiones, es necesario que se protejan de manera irrestricta, teniendo como
única limitante la afectación a terceros, es decir, que no se lleven a cabo
conductas ilícitas bajo el amparo de los derechos humanos, pues además de derivar
en la comisión de delitos, se desvirtuaría la esencia de esta serie de
prerrogativas inherentes e imprescriptibles a todos.
Twitter: @sls1103.
No hay comentarios:
Publicar un comentario